Opinión
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Penultimátum

El Congo

E

n El sueño del celta, Mario Vargas Llosa ofrece la biografía del diplomático irlandés Roger Casement, acusado de alta traición (era partidario de la independencia de su país) y ejecutado en 1916 en la prisión en Londres, a pesar de las peticiones de amnistía de Arthur Conan Doyle, William Butler Yeats y George Bernard Shaw. El novelista empieza su historia con los últimos días de Casement en la prisión y a partir de allí nos lo muestra a su paso por el Congo, la Amazonia e Irlanda. Llega al primero cuando apenas tenía 19 años y la idea de que el colonialismo se justificaba por ofrecer cristianismo, civilización y comercio.

Pero su trabajo en diversos lugares de África le mostró que el dominio europeo sobre ese inmenso y rico continente se ejercía cruelmente. Su vida en el Congo entre los años 80 del siglo XIX y principios del XX lo llevó a denunciar los abusos e injusticias cometidos por los colonizadores belgas, cuando reinaba en la metrópoli el codicioso Leopoldo II.

Fue una explotación humana dolorosa (murieron 10 millones de personas), al parejo que de recursos: caucho, marfil, maderas. Ni siquiera mujeres y niños escaparon de ese genocidio. La esclavitud extrema en nombre del cristianismo y la civilización europea. Vargas Llosa rescató del olvido a Casement, luchador en favor de los derechos humanos.

Con el fin del colonialismo en África, a mediados del siglo pasado, surgió la República Democratica del Congo, no sin antes sortear muchos problemas debido al deseo de la antigua colonia y Estados Unidos de seguir controlando sus riqueza y el poder. Pero en el Congo de Patricio Lubumba, sacrificado en 1961 con el apoyo de la CIA, también existe un importante movimiento artístico. Prueba de ello es la exposición Beauté Congo 1926-2015 Kongo Kitoko, organizada por la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo de París. Con tal éxito que estará abierta cuatro meses más de lo previsto.

Aunque la pintura es el corazón de la exposición, música, escultura, fotografía y cine completan el panorama de lo que hicieron los artistas pioneros y lo que crean los artistas modernos y contemporáneos. Si los temas predominantes fueron inicialmente la flora y la fauna del Congo, los artistas surgidos los pasados 40 años ofrecen nuevas formas de pintura figurativa utilizando temas populares, colores vivos y brillantes. Son severamente críticos con el sistema social y político imperante en su país y el mundo. Con la desigualdad y el derroche. Lo mismo ocurre con la música, el naciente cine, la escultura y la fotografía.

Esta muestra prueba que, pese a todos los problemas que aquejan al continente africano, hay numerosas expresiones artísticas que por su calidad merecen un lugar especial en el mundo del arte internacional.