El recorte de más de 5 mil millones de pesos que pretende el gobierno federal al presupuesto de 2016 en la Secretaría de Salud tendrá un fuerte efecto, ya que reducirá la cobertura y la calidad de la atención médica, la vigilancia epidemiológica, la protección contra riesgos sanitarios y los recursos para vacunación, VIH y adicciones, entre otros rubros, advirtió la senadora del Partido Acción Nacional Maki Ortiz Domínguez.

La presidenta de la Comisión de Salud del Senado advirtió al secretario de Hacienda, Luis Videgaray –durante su comparecencia en esa cámara el miércoles pasado–, que ese recorte puede traducirse en más negligencias como las que han costado la vida a varios menores y a Sebastián Lerdo de Tejada, director del Issste.

Recalcó que insistirá en que las autoridades hacendarias revaloren esa decisión y planteó, mediante un punto de acuerdo que el Senado hizo llegar a la Cámara de Diputados, que este año se redujeron los recursos para salud en casi 10 mil millones de pesos, lo que significa que tuvo apenas un crecimiento de 1.8 por ciento con relación a 2014.

Aunado a ello, en el presupuesto para 2016 se le quitan 5 mil 181 millones de pesos, comparado con la asignación original de 2015, lo que afectará directamente a diversos programas.

La senadora Ortiz Domínguez señaló que en el periodo de Felipe Calderón el presupuesto para salud se incrementó en promedio 10.83 por ciento anual, mientras de 2013 a 2015 su crecimiento ha sido en promedio de 5.7 por ciento anual, es decir, 50 por ciento menos que el sexenio anterior.

En cuanto a la disminución en el presupuesto del próximo año, explicó que toca programas importantes que incidirán en la cobertura y la calidad de la atención médica. También ocasionará falta de atención a la salud en los municipios más pobres, por medio de la disminución del presupuesto para unidades móviles y el acceso a nueva infraestructura, tecnología, recursos humanos e insumos, que significan más enfermedades y más muertes.

El recorte impactará la vigilancia epidemiológica y protección contra riesgos sanitarios frente a amenazas como el ébola, el dengue, el paludismo, la tuberculosis y el chikungunya. La epidemia de influenza AH1N1 costó más de 4 mil millones de dólares.

Asimismo, insistió, la reducción en programas de salud materna, sexual y reproductiva, vacunación, VIH y adicciones puede significar descuido de los Objetivos del Milenio en mortalidad materno-infantil, transmisión de VIH de madre a hijo y falta de aplicación en el tamiz neonatal para la detección oportuna de enfermedades, como sordera o ceguera.

En el programa de vacunación habrá 2 por ciento menos recursos, lo que conlleva el riesgo de brotes de enfermedades. En lo que toca a adicciones, el riesgo es menos inversión en prevención y tratamiento.

La presidenta de la Comisión de Salud destacó que entre 2014 y 2015 se recaudaron 66 mil millones de pesos por el impuesto a refrescos y comida chatarra, pero sólo se destinaron cerca de 800 millones a los programas para prevenir obesidad y diabetes.