Más participación de la comunidad, pide directora de FFL aspirante a la rectoría
Ya es tiempo de que la Universidad sea encabezada por una mujer, asevera la académica
Lunes 5 de octubre de 2015, p. 37
Para la directora de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gloria Villegas Moreno, es necesario fortalecer los cuerpos colegiados de la casa de estudios para dar mayor peso a las propuestas y decisiones que ahí surjan, lo que permitiría mayor participación de la comunidad.
En entrevista con La Jornada, la aspirante a la rectoría para el periodo 2015-2019 asegura que las humanidades y las ciencias sociales tienen mucho qué decir
en este proceso de renovación, y considera que es necesario que las disciplinas de esas áreas estén representadas en el máximo cargo de la universidad.
Ya es tiempo, dice, de que la UNAM tenga una rectora, y celebra que no sólo será una bandera del sector femenino, sino de diversos grupos de la comunidad. Somos muchas mujeres en la universidad, muchas las directoras y lo hemos hecho bien. Yo diría que es momento de que la institución tenga la dirección de una mujer. Estoy segura de que la Junta de Gobierno tomará la mejor decisión, y quienes participemos en el proceso nos sumaremos
.
Villegas Moreno tiene licenciatura, maestría y doctorado en historia por la UNAM y trayectoria docente de 46 años. Fue directora del Archivo Histórico Central del Archivo General de la Nación y coordinadora del Archivo Histórico de la UNAM. Ha recibido los premios Antonio García Cubas 2003 y Universidad Nacional en el Área de Docencia en Ciencias Sociales.
–¿Por qué quiere ser rectora?
–Académicos de diversas áreas me propusieron participar en el proceso. Entre los argumentos que dieron es que las humanidades tenemos una voz importante y mucho qué decir. Consideraron que FFL ha trabajado bien y con intensidad, lo que es un mérito de nuestra comunidad. Como institución estamos en condiciones de potenciar nuestras tradiciones y capacidades para encontrar, de manera colegiada, las vías que enriquezcan el saber y los mecanismos para convertirlo en patrimonio social.
–El caso del auditorio Justo Sierra (conocido como Che Guevara por la mayoría de la comunidad) es ineludible; lleva años ocupado y durante su administración no se ha recuperado. ¿Cómo hacerlo?
–Es una pregunta ineludible e importante. Es un problema de 15 años muy difícil de resolver. Cuando se presentó la más reciente disputa por su control entre grupos emprendimos, a propuesta de nuestro consejo técnico, una campaña para condenar la violencia y exigir que se devolviera. Recabamos miles de firmas; tuvimos el apoyo de 40 mil universitarios, eméritos, alumnos, trabajadores, y después de esta experiencia el saldo es que la comunidad asumió que no sólo es un problema de esta facultad, sino de toda la universidad. El señor rector (José Narro) hizo todas las gestiones, pero no es algo sencillo.
–Pero los esfuerzos han sido insuficientes.
–Así es, debemos analizarlo de manera integral y cuidadosa. No digo que no se haya hecho, pero debemos hallar nuevas estrategias. Es una situación que nos afecta; estamos en riesgo permanente.
–¿Cuáles serían las líneas de su proyecto?
–Me interesa mucho en este proceso plantear algunas modalidades creativas para afrontar los problemas y desafíos que tienen la UNAM. El bachillerato es un punto esencial; requerimos interactuar mucho más con las facultades y los posgrados; es indispensable fortalecer los cuerpos colegiados y el desarrollo de la tecnología; necesitamos hacer una revisión permanente de nuestras formas de impartir docencia y de realizar investigación; continuar la renovación de la planta académica, el programa (del rector) impone un límite de edad, hay que revisarlo, pues en las humanidades el proceso es mucho más tardado.
–¿Puede la UNAM ampliar su matrícula?
–El señor rector hizo un esfuerzo importante, pero aún tenemos un gran pendiente, porque muchos jóvenes no logran ingresar a la UNAM. No diría que la institución está al límite de su capacidad; quizá con una revisión y reorganización podríamos contar con una matrícula más amplia.
–Vienen dificultades financieras para el país. ¿Cómo gestionar más recursos?
–La educación es una inversión central, es el único capital que no se devalúa. En ese sentido pensaría que aun en tiempos difíciles encontraremos la sensibilidad y respuesta institucionales para que esto pueda funcionar.