n marzo de 1954 se conocieron en México los primeros Volkswagen, en la exposición Alemania y su industria, instalada en la Ciudad Universitaria. Diez años después, esa empresa comenzó la construcción de su planta en Puebla y tres años más tarde produjo el primer Sedan, el famoso vochito. Luego vendrían los modelos Safari, Combi, Caribe, Corsar, Atlantic. En 1988 ya los mandaba a Estados Unidos y Canadá. Hoy el grupo alemán es emblema de la producción automovilística en México con otros modelos y marcas, como Audi y Seat. De su planta en Puebla han salido millones de unidades para consumo nacional y la exportación. Otra más en Guanajuato la inauguró el presidente Peña Nieto en 2013. El año pasado amplió sus instalaciones en Puebla para ensamblar nuevos modelos. El gobernador Moreno Valle señaló entonces su orgullo, porque ese estado era “el principal cluster automotriz de México”. Agregó que en la medida en que a la Volskwagen le vaya bien, a Puebla le va mejor
. No faltó su panegírico a Peña Nieto.
La empresa, calificada de ejemplar, siembra periódicamente árboles, se define amigable con el medio ambiente y premia a especialistas locales en el tema. También los recibe. En 2011, el Centro Mexicano para la Filantropía, la designó socialmente responsable
en las áreas de calidad de vida en la empresa, ética, vinculación con la comunidad y cuidado del ambiente”.
Pero una pequeña organización no gubernamental estadunidense que monitorea el transporte limpio
descubrió junto con investigadores de la Universidad de Virginia que el gigante alemán colocaba en algunos de sus modelos un software para eludir los estándares ambientales vigentes en varios países. Al conocer el engaño, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ordenó como primera medida revisar casi medio millón de vehículos en California. El máximo directivo de la empresa, Martin Winterkorn, admitió la manipulación
y prometió esclarecer el asunto. Lamento profundamente haber defraudado la confianza de nuestros clientes y a la opinión pública
, dijo antes de renunciar e informar la suspensión de la venta en Estados Unidos de los modelos de cuatro cilindros Jetta, Golf, Beetle y Passat y Audi A3. La multa que le impondría la EPA por este delito ascendería a 18 mil millones de dólares.
Hoy la Vw pasa por la peor crisis de su historia y sus acciones perdieron valor en el mercado. Afecta a México, donde ensambla y exporta a Estados Unidos tres de los cinco modelos de 11 milllones de automóviles que tienen alteraciones en el software de los motores. Los tres modelos son Jetta, Beetle y Golf. Ochenta por ciento de los autos ensamblados en Puebla tienen como destino principal Estados Unidos y Canadá. Las autoridades mexicanas, los empresarios del ramo y los directivos locales de la Vw han sido muy cautos sobre este engaño.
Pero los problemas del mayor fabricante de autos del mundo también se dan en la dirección del conglomerado, donde la gestión de Winterkorn era muy criticada, especialmente por el anterior presidente, Ferdinand Pïech, obligado a renunciar luego de acusarlo de no aumentar las ventas en Estados Unidos. A la crisis en la cúpula de la empresa por la reciente salida de Winterkorn, se agrega la consternación
del gobierno alemán al descubrirse el engaño de la Vw, que califica de penosa excepción
. Ordenó a los ministerios de Medio Ambiente y de Transporte verificar que ninguna empresa fabricante de vehículos miente con sus datos técnicos en el mundo. A esto se suman las críticas de las organizaciones ambientalistas y de consumidores al gobierno y las empresas automotrices al darse a conocer ayer que la Vw recibió hace años advertencias sobre el uso de mecanismos ilegales para superar las pruebas de emisiones.
Lo que se conoce hasta hoy sobre el engaño es sólo la punta de una madeja muy enredada que de alguna forma toca a las autoridades mexicanas. Y a las de Alemania y Francia, por ejemplo, donde el número de autos alterados suman 2.8 y 1.1 millones, respectivamente. Mientras sale a relucir toda la verdad, cabe preguntar si la Vw es la única automotriz que hace trampas para evadir la legislación ambiental.