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Ver día anteriorLunes 28 de septiembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

La nueva ola migratoria

D

espués de 10 años, durante los cuales la migración disminuyó sustancialmente, el año pasado volvió a crecer, cuando más de un millón de personas arribaron a Estados Unidos, atraídos por el crecimiento en el empleo y como contrapartida al lento o nulo crecimiento económico en sus países de origen. En años pasados procedían principalmente de México y Centroamérica, pero recientemente, desde Asia han llegado 573 mil nuevos migrantes, de India 171 mil y de China 136 mil. Es la información que se desprende de las oficinas del censo y de asuntos migratorios.

Buena parte de esos migrantes poseen grados universitarios y llegaron a Estados Unidos con la documentación reglamentaria. De hecho, fueron importados debido a la gran necesidad de ellos por el espectacular crecimiento de las compañías productoras de programas para computadoras y de las que se dedican a construir redes de información. En momentos en que la población económicamente activa se reduce sensiblemente, por la jubilación de la generación que nació al término de la Segunda Guerra Mundial, la llegada de trabajadores jóvenes con educación media y universitaria representa una esperanza real para evitar que la economía estadunidense pierda su liderazgo como productora de alta tecnología, de acuerdo con un estudio demográfico de la Institución Brookings.

No obstante que la migración indocumentada llegó a su punto más bajo en años recientes, el tema continúa siendo una obsesión que parece haberse convertido en necesidad en la campaña presidencial para 2016. Los conservadores han descubierto que debido a la xenofobia persistente en algunos estados, los ataques a migrantes son una fuente de adhesiones para promover sus candidaturas. En su desbordado excentricismo, el señor Trump ha propuesto no sólo la deportación de quienes carecen de documentos, sino además, cortar el programa de las visas H1-B, que son precisamente las que permiten a los migrantes calificados trabajar en las corporaciones productoras de tecnología.

Es obvio que de continuar por ese camino, los candidatos republicanos se están suicidando. Perderán el apoyo que, mediante aportaciones millonarias, les otorgan los dueños y dirigentes de las empresas relacionadas con la producción de alta tecnología para financiar sus campañas. Más importante aún es que los votantes de origen latino negarán nuevamente su voto a los candidatos republicanos, como respuesta a los sistemáticos ataques por parte de sus representantes más conspicuos.