Desde que alcanzó su punto más alto, en enero de este año, la reserva internacional de divisas del Banco de México (BdeM) registró una disminución de 13 mil 11.5 millones de dólares. Se trata de la cantidad de recursos que ha sido empleada para contener la depreciación del peso y que, en términos comparativos, supera ligeramente el ingreso obtenido por el país por la exportación de petróleo crudo entre enero y julio pasado, mostraron datos oficiales.

La reserva internacional de divisas se situó el 18 de septiembre pasado, último dato disponible, en 182 mil 999 millones de dólares, informó este martes el Banco de México. En la última semana disminuyó en 478.5 millones de dólares y acumuló siete semanas consecutivas de caída, de acuerdo con datos del banco central.

En enero de este año, la reserva internacional de divisas llegó a un nivel máximo histórico de 196 mil 10.5 millones de dólares. Desde entonces ha entrado en una tendencia descendente, dada la política puesta en práctica por el banco central de emplear estos activos para proveer de liquidez al mercado de divisas y contener la depreciación del peso frente al dólar.

Desde su punto más alto y hasta el último dato reportado, la reserva ha resentido una disminución de 13 mil 11.5 millones de dólares. Es una cantidad superior en 7 por ciento al ingreso de divisas al país por la exportación de petróleo crudo entre enero y julio de 2015 que, según datos de Petróleos Mexicanos, fue de 12 mil 176 millones de dólares.

En lo que va de este año, el Banco de México ha utilizado 13 mil 205 millones de dólares de su reserva de divisas directamente para ser subastados entre intermediarios financieros que participan en el mercado de cambios, con el fin de aumentar la liquidez en el mercado de divisas y contener la depreciación del peso.

Sin embargo, la moneda mexicana, que este martes se negoció al mayoreo en 16.87 pesos por dólar, acumula una depreciación en lo que va del año de 14 por ciento en su cotización frente a la divisa estadunidense.

La reserva internacional de divisas está compuesta por activos financieros que el Banco de México invierte en el exterior y que pueden ser fácilmente convertidos en medios de pago. Su característica principal es la liquidez; es decir, la capacidad de los activos que la integran para saldar rápidamente obligaciones de pago fuera del país, de acuerdo con el banco central.

Sólo los activos que son propiedad del banco central pueden considerarse reserva internacional. En México estos activos son propiedad del Banco de México y el objetivo de acumularlos es el de contribuir a la estabilidad de precios mediante la compensación de desequilibrios en la balanza de pagos.

Las reservas internacionales del país fungen como un seguro, que en ese sentido implica un costo, para afrontar contingencias que podrían reflejarse en una disminución de los flujos comerciales o de capital de la balanza de pagos.