Matías Romero, Oax.

Los asistentes al foro ciudadano Los gasoductos y su impacto social y ambiental acordaron rechazar la construcción de dos gasoductos, uno de combustible natural y otro LP, que Petróleos Mexicanos (Pemex) pretende realizar de Salina Cruz, Oaxaca, a Jaltipan, Veracruz.

A este ejercicio ciudadano asistieron unas 400 personas, además de delegados de 34 poblaciones de nueve municipios en el istmo de Tehuantepec, entre ellos San Juan Guichicovi, Santa María Petapa, San Pedro Comitancillo, Asunción Ixtaltepec, El Barrio de la Soledad, Salina Cruz y Matías Romero.

Los asistentes exhortaron a los alcaldes istmeños a no otorgar permisos de cambio de uso del suelo para estos proyectos, por los que sólo reciben migajas a cambio de una afectación social.

Asimismo, hicieron un llamado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que no se autorice la manifestación de impacto ambiental, pues no existe una verdadera consulta y se ignora qué sucederá con la vida social de los pueblos autóctonos.

Los pobladores, indígenas la mayoría, puntualizaron que Pemex no los ha beneficiado como pueblos, al contrario, en las fugas y derrames se deslinda de responsabilidades y se desentiende de sus malas acciones.

Sólo en 2015, se dijo, el Istmo ha sufrido graves daños sociales, económicos y ambientales resultado de 13 fugas y derrames de hidrocarburos, como ha reconocido Nereo García García, delegado estatal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

En los seis años recientes, ríos y arroyos de la región han sufrido graves daños ambientales y sólo se han realizado escasas y tardías acciones de mitigación, y nulas de remediación y de compensación, agregaron.

Pemex ha ocasionado un ecocidio pues actúa de forma irresponsable además de la incompetencia de las autoridades ambientales del país, entre ellas Profepa, Semarnat y la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente, indicaron.

Carlos Beas, dirigente de la Unión de Comunidades Indígenas del Istmo, destacó que las fugas de amoniaco y gasolina ocurridas en 2013, 2014 y 2015 y demuestran que no se cuenta con los protocolos y medidas de seguridad más elementales.

Se carece de albergues, equipo de emergencia, sistema de alerta temprana, rutas de evacuación, estación de bomberos ni hospitales; lo ocurrido en agosto de 2013 en la localidad de Chivaniza es un ejemplo: hubo nueve personas fallecidas, 450 se intoxicaron y más de 2 mil debieron ser evacuadas, señaló.