Domingo 2 de agosto de 2015, p. 14
La devaluación galopante
del peso repercute en precios de alimentos y fertilizantes, advirtió la Organización de la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano).
El secretario del organismo, Raúl Pérez Bedolla, señaló que el jitomate pasó de 14 pesos a 25 pesos por kilo; el limón, de 10 a 15 pesos; la carne se ubica ya a 140 pesos, mientras el kilo de pollo es de 70 pesos, el de aguacate a 60 pesos y a 18 la calabaza. También afecta el costo de la producción, pues los fertilizantes observan alza: la tonelada de nitrato de amonio se incrementó de 6 mil 300 pesos a 6 mil 580, es decir, 4.3 por ciento; la hierbamina subió de 80 a 100 pesos el litro, más de 20 por ciento.
Los dueños de los insumos son trasnacionales y su cotización siempre será en dólares. Para agosto se agudizará la repercusión en el precio final, una vez que se renueven inventarios, es decir, representa una depreciación de nuestra moneda, de junio a julio de 2015, de 20.2 por ciento, y registra un encarecimiento en lo que va del año de 4.7 por ciento, lo que perjudicará al pequeño productor agropecuario y el consumidor final
, precisó Pérez Bedolla. Indicó que en términos reales, es decir, descontando el diferencial de inflaciones entre México y Estados Unidos, la devaluación es de 14.6 por ciento respecto de junio.
Exportadoras, las principales ganadoras
El secretario de Alcano aseguró que las principales ganadoreas son las empresas exportadoras que tienen un coeficiente de integración nacional elevado. Se benefician en la medida en que tienen costos en pesos e ingresos en dólares, obteniendo más competitividad en su producción.
En contraparte, añadió, terminarán pagando más los consumidores en cuya canasta hay un porcentaje alto de productos que se cotizan en dólares, como alimentos y electrónicos. Muchos de los alimentos que consumimos vienen de Estados Unidos, por lo que están impactados en el precio, mientras el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, insisten en que no pasa nada y todo está bien
.
Alertó que nuestro país depende de importaciones alimentarias en más de 50 por ciento, lo que significa que los consumidores finales pagarán más por esos productos. Entre los alimentos que se importan, agregó, están el maíz, el trigo, la leche y la carne, por lo que canasta básica reportará un impacto negativo sobre su accesibilidad, considerando que actualmente hay 2 millones más de pobres.