La participación de los medicamentos genéricos en el mercado nacional ha crecido de forma importante en los 15 años pasados, destacó Dagoberto Cortés Cervantes, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam), quien agregó que mientras a principios de milenio ese indicador era de 5 por ciento en el sector privado, ahora alcanza 56 por ciento.

Dijo a La Jornada que si a ello se suman las compras del sector público, la cifra sube a 78 por ciento, por lo que casi ocho de cada 10 cajas de fármacos que consumen los mexicanos son genéricos. Esto, resaltó, no sólo ha ubicado a México a la vanguardia en América Latina en compra de estos productos, sino que ha significado ahorros para las familias y las instituciones.

México es uno de los países donde el concepto de genéricos ha crecido de manera más importante. En Latinoamérica, a finales de 2014, la participación en el mercado privado era de 56 por ciento; en Brasil de 52, en Colombia de 47, en Chile de 38 y en Perú de 35 por ciento. En Europa, en Alemania el mercado es de 43 por ciento, en España de 68 y Estados Unidos de 62 por ciento. Este no es un concepto para países pobres; es para dar un servicio de calidad y accesibles por la transición epidemiológica y poblacional.

Entrevistado en la ceremonia del décimo aniversario del Centro de Investigación Clínica y Analítica –que realiza estudios de bioequivalencia e intercambiabilidad in vitro–, aseguró que se ha logrado quitar el estigma a los genéricos de que podían tener menor calidad, por ser en promedio 70 por ciento más baratos que los productos innovadores o de patente.

Durante mucho tiempo se pensó que el bajo costo de los medicamentos genéricos estaba dado por una menor calidad; que no tenían la cantidad suficiente de materia prima. Se pensaba incluso que eran copias de mala calidad de los de patente. De ahí nació el concepto genérico intercambiable, porque habían demostrado que tenían pruebas de bioequivalencia, de intercambiabilidad y registro sanitario. Esto le dio absoluta calidad comprobable. El propósito era quitar el estigma, y se logró.

Dijo que la aceptación de los genéricos ha sido importante, sobre todo para los pacientes de enfermedades crónico-degenerativas, que deben tomar tres o más medicamentos al día de por vida: diabéticos, hipertensos, con dislipidemias o con artritis reumatoide. Si no hubiera genéricos no alcanzaría ningún presupuesto familiar. Ese es el gran valor que tiene un país como México, que permite tener medicamentos confiables y a precios accesibles. Es el concepto que busca la Secretaría de Salud: accesibilidad, punto fundamental en el proyecto de sistema universal de salud.

Destacó la labor de la Cofepris al facilitar los trámites de patente. Hace siete años el tiempo que pasaba entre el vencimiento de la patente y el de aparición en el mercado del genérico era de cinco años por la burocracia. Hoy la Cofepris da facilidad a los laboratorios para empezar a desarrollar el producto tres años antes de que venza patente y lo podemos tener listo 24 horas después de que ésta venció.