Con un conversatorio recuerdan al Nobel a cinco años de su muerte
Puede parecer ridículo, pero lo es más que millones de personas en el mundo estén condenadas a una vida miserable, señaló la periodista
Domingo 28 de junio de 2015, p. 3
A cinco años del fallecimiento del escritor lusitano José Saramago (1922-2010), su idea de reivindicar los deberes de la humanidad que planteó en su discurso al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1998 fue el tema del conversatorio que se realizó el pasado viernes en la Biblioteca Vasconcelos, el cual contó con la participación de la periodista española Pilar del Río.
La traductora y compañera del autor de Ensayo sobre la ceguera explicó que la idea de Saramago de elaborar una Carta de deberes humanos semejante a la Declaración universal de los derechos humanos, surgió en México a partir de la exposición La consistencia de los sueños, que se exhibió en 2011 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Frente a los lectores del Nobel portugués, reunidos en la megabiblioteca, Del Río expresó que lanzar dicha iniciativa, que llegara a la conciencia de las personas y a la Organización de la Naciones Unidas, puede parecer utópico o ridículo, pero lo que es ridículo, patético y absurdo es la situación que vivimos millones de personas en el mundo, condenadas a una vida miserable para llegar a una muerte miserable
, y citó al homenajeado: Siempre acabamos llegando adonde nos esperan
.
La presidenta de la Fundación Saramago argumentó que exigir una vida mejor no es absurdo ni ridículo en estos momentos en que el poder económico está acabando con la humanidad. Como ciudadanos, tendríamos que exigir que se cumplan derechos como la sanidad, la vivienda, el trabajo, la ética, la participación política, la libertad de expresión y el acceso a medios que no sean exclusivamente privados
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Poder frente al miedo
Afirmó que en estos días, ecologistas, científicos e intelectuales analizan la necesidad de formular una carta de deberes del ser humano, como la que el Nobel propuso cuando recibió el galardón, y que coincidió con el 50 aniversario de la Declaración universal de los derechos humanos. Todo lo dicho se va a articular, va a pasar por distintos foros; se pretende que en un futuro muy próximo esté en marcha, se lance y se lleve a las tribunas convenientes
, precisó Del Río.
La Carta de deberes humanos, consideró Del Río, permitirá el “empoderamiento de los ciudadanos”, sobre todo ahora que prevalece el miedo de perder lo poco que se tiene. La resignación es la gran doctrina, y me parece que eso está redefiniendo a nuestra sociedad. Ya no tenemos esperanza en el futuro, tenemos miedo de cómo va ser esto o cómo vamos a salir. Empezamos a tener miedo y ante eso nos vamos echando para atrás y nos vamos haciendo conservadores, de la nada.
Pilar del Río volvió citar a Saramago: En el interior de cada país está su destino
.
En el conversatorio, al que también asistió Jorge F. Hernández, el director de la Biblioteca Vasconcelos, Daniel Goldin, sostuvo que el tema de los deberes del hombre y de las mujeres es pionero, sobre el que pocos se atreven a reflexionar.