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Denuncia que el Pentágono entrena a soldados, policías y agentes

ONG: Washington, cómplice de la militarización de México
 
Periódico La Jornada
Sábado 27 de junio de 2015, p. 6

Activistas del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas (SOA Watch) denunciaron ayer la complicidad del gobierno de Estados Unidos para expandir la militarización en México, mediante financiamiento y entrenamiento a fuerzas armadas, policías y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).

En conferencia de prensa en la sede de Cencos sostuvieron que Estados Unidos ha otorgado más de 3 mil millones de dólares al gobierno mexicano, desde 2008, bajo el Plan Mérida.

Además de que –apuntaron– el Pentágono está gastando más de 90 millones de dólares para entrenar al Instituto Nacional de Migración.

Señalaron que es alarmante que los militares estadunidenses entrenen a agentes migratorios mexicanos, debido a su historia de intervención imperialista, violaciones de derechos humanos y uso del entrenamiento militar para controlar y oprimir a los pueblos.

Arturo Vizcarra, coordinador de Incidencia de SOA Watch, afirmó que los fondos del Plan Mérida han sido usados para profundizar y expandir la militarización que ha causado tortura, desapariciones forzadas y comunidades desplazadas bajo el pretexto de la guerra contra las drogas.

Junto con Irene Cambias, señaló que Estados Unidos no sólo entrena a las fuerzas de seguridad mexicanas en la Escuela de las Américas, sino también en docenas de otras institutos militares, tanto en aquel país como en México. En uno de los nuevos sitios, ubicado en Puebla, se ha entrenado a más de 16 mil policías en tres años, reveló.

Urgieron al gobierno de Barack Obama a que cese todo entrenamiento, armamento y financiamiento a las fuerzas armadas, policía y agentes migratorios mexicanos, quienes enfrentan numerosas denuncias por su participación en violaciones a derechos humanos y cuyos crímenes siguen impunes.

Resaltaron que la historia del entrenamiento estadunidense de las fuerzas armadas en Latinoamérica y en otras partes está repleta de asesinatos extrajudiciales, tortura, desapariciones forzadas, fosas comunes y otras evidencias y pruebas de opresión, con el único fin de defender los intereses económicos y políticos de oligarquías domesticas y extranjeras.