España aumenta el nivel de alerta antiterrorista tras la embestida
Estados Unidos condena las agresiones del grupo yihadista
Sábado 27 de junio de 2015, p. 20
Kuwait.
Un atacante solitario se hizo estallar en una mezquita musulmana chiíta de esta ciudad, en momentos en que el templo estaba abarrotado. Había unos 2 mil fieles que oraban arrodillados. Veintidós murieron y 222 resultaron heridos.
En Túnez, mientras tanto, 39 personas fallecieron cuando un hombre que se hizo pasar por turista abrió fuego contra los bañitas de la popular playa de Sousse, en la costa del Mediterráneo.
La organización político-religiosa Estado Islámico (EI) se atribuyó el ataque en el distrito de Sawaber, en el este de la ciudad de Kuwait, el cual, por vez primera, es objeto de un atentado yihadista, y donde los chiítas, que representan 15 por ciento de la población, conviven con los sunitas con pocas fricciones.
La explosión fue muy fuerte. El techo y las paredes se vinieron abajo
, dijo un parlamentario kuwaití, quien estaba en la mezquita chiíta Imam Sadeq cuando el sujeto detonó la bomba que portaba en el cuerpo.
Las fuerzas de seguridad establecieron un cerco en torno al templo, mientras los cuerpos de socorro se ocuparon de las decenas de heridos y de la recuperación de los cadáveres.
El primer ministro de Kuwait, Jaber Mubarak Sabah, se dirigió de inmediato al lugar, donde afirmó que el ataque fue para amenazar la unidad nacional.
La agresión en la mezquita ocurrió días después del comienzo del Ramadán, celebración religiosa del Islam, caracterizada por el ayuno durante el día, a lo largo de un mes.
Los atentados dinamiteros del EI, que la semana próxima cumplirá un año de haber proclamado un califato sobre una extensa franja de territorio en el norte de Siria e Irak, se han ido expandiendo progresivamente a diferentes países del norte de África y naciones como Yemen y Arabia Saudita, vecina de Kuwait.
La Provincia de Najd, que se identifica como la rama del EI en Arabia Saudita, se adjudicó directamente el bombazo contra la mezquita de Kuwait. Esta fracción de los yihadistas reivindicó en mayo dos atentados mortíferos contra chiítas, a quienes considera herejes por su interpretación del Corán y son también blanco de ataques en otros países.
El EI instó el martes pasado a sus seguidores a intensificar durante el Ramadán los ataques contra cristianos, chiítas y sunitas que se hayan aliado a Estados Unidos y países europeos occidentales para combatir el califato.
El ataque en Túnez fue ejecutado por un agresor solitario, quien ingresó al hotel Imperial Marhaba, en Sousse, portando un fusil AK-47 en una sombrilla.
Testigos dijeron que el sujeto sacó de repente el arma y comenzó a disparar. La gente se quedó inmóvil, pero cuando el tiroteo se intensificó los bañistas huyeron aterrados de la playa y de las albercas del hotel.
El atacante fue abatido por agentes de seguridad, quienes reaccionaron pocos minutos después de que comenzó la balacera. Entre los occisos hay 10 británicos y un número indeterminado de alemanes y belgas.
Este es el segundo ataque en Túnez, que ha estado en alerta desde marzo, cuando islamitas armados asaltaron el Museo Bardo y mataron a 21 turistas extranjeros. Este país, donde el Estado es laico, a diferencia de otras naciones árabes, vivió en 2011 un proceso de transición hacia un sistema democrático que ha sido visto como ejemplar en la región.
Por horas ninguna organización se atribuyó la operación, pero por la noche el EI se adjudicó el ataque e identificó al autor de la acción como el soldado Abu Yahya Qayrawani
, quien mató a sujetos de estados de la alianza cruzada que combate el califato
.
El gobierno de Estados Unidos condenó los ataques en Túnez y Kuwait, así como el perpetrado en Francia. Por la noche, el Ministerio del Interior de España elevó a cuatro –son cinco– el nivel de alerta antiterrorista. Uno de los hoteles, el Imperial Marhaba, pertenece a la cadena española Riu.