Héctor Infanzón versus Alberto Cruzprieto, enfrentamiento que tendrá lugar en el Centro Cultural Roberto Cantoral, el sábado 20 de junio, donde el público será juez y decidirá si gana el rudo Infanzón o el técnico Cruzprieto.

El espectáculo se titula Máscara contra cabellera. En entrevista, Cruzprieto se definió como técnico, pero hay sorpresas y transformaciones, por lo que no es definitiva la etiqueta. Es un recital teatralizado que empezamos con Mozart, para seguir con Poulenc, Rachmáninof, etcétera. ¿Quién ha ganado en otros duelos? Creo que el público, y ha habido empates.

Infanzón conoce a Cruzprieto desde sus días de estudiantes de música, por los años 70. “Este encuentro me permite colaborar con un gran amigo y colega. Nos conocimos en la Superior de Música y desde entonces le tengo gran respeto; al paso de los años nos rencontramos y hablamos de la posibilidad de hacer algo juntos. Hay una pared de diferencia en los estilos, lo cual se puede corroborar en este espectáculo; no obstante, nos divertimos con Máscara contra cabellera, donde compartimos la vida a través de la música.

Proyectamos el placer de lo que hacemos y nos hace bien, primero a nosotros y luego al público. La función social de la música es la de ser un gozo, sin caer en lo fácil; es decir, sacrificar la calidad para que sea gozoso.

Cruzprieto agregó que los asistentes verán una lucha in crescendo, empezando con la formalidad de Mozart, para subir con improvisaciones, solos o duetos. Está calibrada la manera en que intercalamos piezas, por ejemplo, introspectivas. Siempre hay una respuesta.

La importancia del instrumento

A su vez, Gerardo Arreguín, jefe de mercadeo de Yamaha México, expuso: “Nuestra empresa se congratula al presentar este espectáculo, promover la música y a dos grandes intérpretes mexicanos.

Tocarán pianos Yamaha de gran concierto, para que no se preocupen por nada más, salvo tocar bien. Serán dos pianos del mismo tamaño, con las mismas características. Esto es importante, porque las condiciones de los pianos en México por lo regular no son las óptimas, si se comparan con otros países. El mundo de los pianos requiere mucha pasión, por lo que proporcionamos servicio técnico según las urgencias de los maestros.

Héctor Infanzón precisó que prefiere el modelo CPX. Ya tengo un piano Yamaha, el C7. Cruzprieto: “En esos pianos se pueden tocar prácticamente todos los géneros de música. Me siento muy cómodo con estos instrumentos.

Estos pianos son mejores, comparados con los instrumentos en que estudiamos. En la escuela, en un piso de arriba había dos pianos, pero eran para los maestros. En los que estudiábamos nosotros algunos no tenían teclas y unos estaban quemados con cigarros. ¡En esos aprendimos!

Precisó que el público escuchará unas 14 o 15 piezas durante un poco más de dos horas. Cruzprieto dijo que hay algunas modificaciones respecto de funciones precedentes, pero el guión se mantiene.

Un aspecto importante es que han recibido instrucción actoral de Paulina de Labra. Así, no se trata sólo de tocar el piano, sino de incluir otros elementos, como multimedia y teatro.

Paulina: “Hay apoyo actoral, pero respetamos su faceta de músicos. Interpretan personajes con base en sus personalidades, en lo que son. Yo me hago cargo de la coordinación escénica y artística. Llega un momento en que en escena hay 10 personajes. Es un espectáculo que se puede considerar un híbrido de varias expresiones artísticas. Jamás se pierde el espíritu del recital musical. No es teatro, pero se combinan experiencias. Es el juego como fundamento de la creación. Incluso tuvieron asesoría en lucha libre de El Príncipe Judas, ex luchador de la Triple A”.

La cita es el sábado 20 de junio a las 20:30 horas, en el Centro Cultural Roberto Cantoral (Puente Xoco s/n, puerta A, colonia Xoco).