El uso inadecuado del suelo acelera la deforestación, advierten
Se requieren cambio de políticas y recursos para la restauración
Miércoles 10 de junio de 2015, p. 40
El estado de Chiapas posee una de las biosferas más ricas de México y América Central. Se estima que la entidad cuenta con una riqueza arbórea aproximada de mil 517 especies, lo que representa un importante capital natural necesario para sustentar el desarrollo de una creciente población.
Sin embargo, Mario González Espinosa, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, señaló que las prácticas inadecuadas de uso de suelo, el aprovechamiento no sustentable de los bosques y la dinámica demográfica que se registra en las regiones montañosas de la entidad han provocado altas tasas de deforestación, lo que pone en riesgo no sólo al bosque mismo, sino a las comunidades que dependen de él”.
Al respecto, González Espinosa, junto con Neptalí Ramírez Marcial y su equipo de colaboradores en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), utilizaron una serie de estrategias para la restauración de los bosques chiapanecos que involucró a seis comunidades indígenas. Evaluaron las actividades realizadas por las familias, así como las principales determinantes biofísicas, sociales y económicas.
También realizaron un marco conceptual conocido como medios de vida sustentables, complementado con la metodología participativa desarrollada en Ecosur por el doctor Manuel Roberto Parra Vázquez, otro integrante del mismo grupo de estudio multidisciplinario.
La metodología aplicada, continuó González Espinosa, permitió evaluar diferentes aspectos de los cinco rubros capitales del marco conceptual: natural, que indica la disponibilidad y acceso a los recursos naturales; financiero, que representa las fuentes de ingreso disponibles para los hogares; social, que implica las relaciones de colaboración y organización existentes dentro de la comunidad; humano, referente a las habilidades, conocimientos y capacidades de trabajo que la gente posee, y físico o de infraestructura, enfocado a los bienes o instalaciones de carácter comunitario, así como el acervo de herramientas y servicios básicos disponibles en los hogares.
Las comunidades estudiadas revelan condición de alta marginación con práctica extendida de la agricultura, en la que los excesos en el uso de agroquímicos nulifican la ganancia para los agricultores, y donde el uso del bosque forma parte de la estrategia de vida de los campesinos de la región
.
El análisis señala que las comunidades estudiadas son muy heterogéneas en cuanto a extensión, composición y estructura de sus áreas arboladas remanentes, por lo que las diferencias apuntan a la necesidad de contar con un plan de restauración forestal propio en cada comunidad.
“Se han considerado tres gremios de especies que son adecuados para propósitos de restauración forestal en las montañas de Chiapas: coníferas, encinos y otras latifoliadas, que se pudieron dividir entre las latifoliadas tolerantes e intolerantes a la sombra. No obstante, las comunidades estudiadas mostraron diferencias significativas en su riqueza total de especies de árboles y otras variables estructurales.
Pero, para poder iniciar una acción colectiva es necesario que el gobierno y/o las organizaciones ambientalistas cambien algunas de sus políticas y aporten los recursos necesarios para concientizar a los productores, fortalecer sus capitales y capacitarlos para superar las etapas críticas del plan, con el fin de que consideren importante y viable realizar las tareas de restauración
, resaltó Mario González Espinosa.