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Altera en forma permanente las rutas neurológicas que controlan ciertas conductas: UNY

La oxitocina aumenta el volumen de información social que procesa el cerebro

Podría usarse para tratar la ansiedad, trastornos del habla y problemas por el abuso infantil

The Independent
Periódico La Jornada
Martes 28 de abril de 2015, p. 3

Una hormona conocida como la droga del amor por su función en tender un lazo entre madres e hijos, así como entre enamorados, altera en forma permanente las rutas neurológicas del cerebro que controlan ciertas conductas sociales, según se ha descubierto.

Investigadores creen que el hallazo podría conducir a nuevos tratamientos para problemas sicológicos como la ansiedad social y el estrés postraumético.

Estudios en ratones de laboratorio muestran que la oxitocina cambia la conducta de hembras vírgenes de modo que reconozcan y respondan a los llamados de inquietud de los ratones bebés, aunque nunca hayan dado a luz.

Científicos señalan que la oxitocina, hormona también producida por las mujeres durante el parto y la lactancia, altera de modo irrevocable la forma en que las neuronas se comunican en la corteza auditiva del lado izquierdo del cerebro del ratón. Esta zona se encarga de procesar los sonidos de inquietud apenas audibles que hacen los bebés ratones cuando se les separa de su madre.

La hormona podría utilizarse como fármaco

Según los investigadores, los hallazgos muestran que la oxitocina tiene una función importante en manipular la forma en que el cerebro procesa la información social. Creen que los resultados podrían conducir a nuevas formas de usar la hormona como fármaco para tratar diversos problemas relativos a la conducta social.

“Nuestros hallazgos redefinen la oxitocina como algo por completo distinto a una ‘droga del amor’, pues más bien es amplificadora y supresora de signos neurales en el cerebro”, observó Robert Froemke, de la Universidad de Nueva York (UNY) en Langone e investigador en el estudio, publicado en la revista Nature.

Descubrimos que la oxitocina aumenta el volumen de información social procesada en el cerebro. Esto sugiere que un día puede usarse para tratar la ansiedad social, el estrés postraumático y trastornos del habla y el lenguaje, incluidos problemas sicológicos originados por el abuso infantil, apuntó el doctor Froemke.

Nuestra investigación futura comprende experimentos para entender las condiciones naturales, más allá del nacimiento, bajo las cuales la oxitocina se libera en el cerebro, indicó.

El estudio investigó el instinto natural de ratonas madres para recuperar a las crías que se han alejado del nido. La conducta es desencadenada por llamados ultrasónicos hechos por los pequeños cuando están inquietos, pero esos sonidos sólo funcionan en hembras que han dado a luz y, por tanto, han estado expuestas a altos niveles de oxitocina.

Las ratonas vírgenes no responden a estos llamados, pero si se les inyecta oxitocina responden en la misma forma, buscando de inmediato a las crías sueltas y regresándolas al nido, sujetas por el cogote. De pronto lo hacen a la perfección, comentó Bianca Marlin, investigadora posdoctoral en la UNY en Langone y directora del estudio.

Mecanismo clave para instalar recuerdos de sonidos

Los científicos descubrieron que esta conducta aprendida fue permanente. Luego de rastrear el efecto en el cerebro, creen que la oxitocina controlaba el volumen de información social procesada por las neuronas individuales, a semejanza de un atenuador que regula la intensidad de la luz.

Este efecto neuronal fue duradero, lo cual sugiere que podría aportar un mecanismo clave para instalar recuerdos de sonidos socialmente relevantes en la corteza auditiva, expresó Roberto Liu, experto en oxitocina de la Universidad Emory en Atlanta, Georgia, quien no participó en el estudio.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya