Proyectan en el Auditorio la cinta de Juliano Ribeiro y Wim Wenders sobre el fotógrafo
Para Sebastiao Salgado la gente es la sal de la tierra, la razón de ser
Ha aprendido mucho de las personas que ha encontrado en sus viajes; tiene una enorme capacidad para enseñarnos acerca de la humanidad, afirma el hijo del artista
Se estrenará el 30 de abril
Jueves 16 de abril de 2015, p. 8
La especie humana horroriza a Sebastiao Salgado, quien con su cámara ha legado miles de imágenes que son testimonio de que el Homo sapiens es su propio enemigo, como lo muestra el documental La sal de la tierra, codirigido por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado, hijo del artista brasileño, al que se rinde tributo con esta cinta, triunfadora en festivales internacionales como el de Cannes.
El pasado martes, en el Auditorio Nacional, se proyectó la obra en la gran pantalla del recinto. Fue una distinción del foro de Reforma a una película que reúne tres miradas de la realidad: Salgado, Wenders y Juliano Ribeiro.
Es como un diario de viaje, un recorrido por los senderos de la historia, de la pesadilla, del lado oscuro, de cuerpos famélicos en Etiopía; el desvelo eterno del refugiado, hasta la locura, hasta el delirio. La guerra en la ex Yugoslavia, la que demostró que la barbarie, analizó Salgado, no sólo se da en los países pobres.
En conferencia de prensa se informó que La sal de la tierra es traída a México por Cinépolis Distribución y :ND Mantarraya, y se estrenará en cines el 30 de abril.
También el martes se inauguró, con la presencia de Ribeiro Salgado, una exposición de La sal de la tierra en el mismo Auditorio.
La sal de la tierra es un tributo justo a Sebastiao, fotógrafo brasileño (1944) que ha dedicado cuatro décadas a captar imágenes que reflejan lo mejor y lo peor que rodea al hombre.
El realizador alemán Wim Wenders, en codirección con Juliano Ribeiro Salgado, dedican su obra al artista ganador del premio Príncipe de Asturias en Artes en 1998. La película ha ganado los premios César de la Academia francesa; especial del jurado de la Sección Una Cierta Mirada del Festival de Cannes en 2014, y postulaciones a los Óscares e Independent Spirit.
Sobre distribuir el filme, Jaime Romandía, director de :ND Mantarraya: La belleza y honestidad de las imágenes de Sebastiao Salgado, junto con la inteligencia y visión narrativa de su hijo, Juliano Ribeiro, y Wim Wenders, logran amarrar delicadamente una obra desgarradora, impactante, pero sobre todo muy humana. El documental es el tipo de cine que pretendemos y luchamos por distribuir, uno que explote en el centro de nuestras conciencias y emociones, que nos ponga a reflexionar y no perdone a todo aquel que se resista a hacerlo
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Uno de los grandes testimonios
En entrevista anterior a la proyección, Juliano Ribeiro explicó que el título de la cinta es resultado de una idea de su padre, para quien la gente es la sal de la tierra, un sentido, la razón de ser.
“Es el autor de uno de los grandes testimonios de los pasados 40 años. Es un hombre que ha aprendido mucho de la gente que ha encontrado en sus viajes. Tiene una enorme capacidad para enseñarnos de nuestra propia humanidad.
En él el marxismo... creo que su formación es más compleja. Es de economista y entiende muy bien las cosas que ocurren. Además del marxismo tiene otra cosa importante: lo brasileño, que le hace pensar en la esperanza de que todo puede mejorar. Sus fotografías son para que cambien las cosas.
–¿La mayor enseñanza que le ha dado su padre?
–Es una especie de confianza en las personas que encuentras. Él ha viajado mucho a zonas de guerra, de revolución y de hambre, de genocidio; no obstante, tiene una forma muy interesante de relacionarse con las personas que va conociendo: crea relaciones y respeta. Cuando viajamos juntos yo era un adolescente y me dijo que debía saber lo que estaban haciendo y pensando las personas, ‘para que ellas sepan lo que tú estás haciendo’. Su admiración es por las personas. Eso es muy poco usual.
Del documental le impactan imágenes de seres que llevan una vida de esclavos. Hay uno que lleva un fusil y da la idea de que está rebelándose. Eso da la imagen de mi padre como marxista y economista. El poder de una cámara fotográfica consiste, por su ligereza, en poder llevarla a otros países, superando fronteras, no sólo físicas
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Juliano prepara un documental sobre un grupo del amazonas. Otra es una ficción sobre Sao Paulo. Es difícil, pero voy a intentarlo.
Sinceramente, dijo, le gustaría destacar más con una cámara fotográfica que con una de cine.