De cerca de 35 competencias de carácter internacional en las que han participado los clavadistas nacionales de 2013 a la fecha, sólo en el selectivo de Londres del año pasado no se obtuvieron preseas, informó Juan Colín, coordinador de la especialidad de la Federación Mexicana de Natación.

Recordó que en 2013 los mexicanos compitieron en 13 certámenes alrededor del orbe –entre los que destacaron las Series Mundiales FINA y otras justas–, de los cuales trajeron medallas de todos los colores.

La historia se repitió en 2014, cuando fueron a 14 competencias y solamente de una no trajeron preseas, pero eso de ninguna forma aminoró su interés ni persistencia, por lo que ahora en 2015, sin cumplirse la mitad del año, ya suman casi 20 medallas. Se puede augurar otra excelente temporada, expuso.

A partir de los muy buenos resultados que se han obtenido en años recientes, estimó que puede decirse que ésta es la etapa de oro de los clavados; es el mejor momento que vive esta disciplina, gracias al esfuerzo de entrenadores y competidores.

Jahir Ocampo es ejemplo de la calidad de los clavadistas mexicanos, pues conquistó la presea de oro en Canadá el domingo pasadoFoto Conade

También ha influido de manera definitiva “la descentralización que se ha logrado de su práctica, la cual empezó desde la década de los 90, con Salvador Sobrino –ahora radicado en Australia–, seguido por Jorge Rueda, Jorge Carrión y otros que se fueron al interior del país y crearon escuelas de muy buen nivel en los estados”, explicó.

Aunque tiene la certeza de que en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 (10-26 de julio) y en los Mundiales de Kazán, Rusia (24 de julio-9 de agosto), México tendrá una participación destacada –aunque primero deberán obtener las plazas–, insistió en que los selectivos nacionales tienen la exigencia de pruebas mundiales por la calidad tan elevada de los participantes.

Colín recordó el metal áureo conquistado apenas el domingo pasado por Jahir Ocampo en Canadá, porque es una demostración más de que los clavadistas consolidados, así como los que apenas van en ascenso, sobresalen en cualquier latitud.