Sábado 11 de abril de 2015, p. 3
Clarice Lispector en todo momento: en su natal Ucrania, luego el exilio, la infancia, la adolescencia, la juventud, la madurez, la escritura. Sobre todo, la escritura.
Hamburgo, Recife, Río de Janeiro, Nápoles, Berna, Turquía, Washington...
Una, varias, muchas cámaras fotográficas captaron los instantes de vida de una de las más grandes escritoras: la brasileña de origen ucranio Clarice Lispector (1920-1977) y esas imágenes, seleccionadas escrupulosa, diestra, inteligentemente, se reúnen en una novedad bibliográfica de cuyo contenido ofrecemos a los lectores de La Jornada un adelanto, con autorización de Alias Editorial.
El libro se titula Clarice Lispector: fotobiografía y fue realizado por Nádia Battella Gotlib, catedrática de la Universidad de Sao Paulo. Por cierto, a la fecha prepara un libro sobre Elisa Lispector, hermana de Clarice.
Se trata de una bella edición de 635 páginas, pasta dura, exquisitez en los detalles (cajas, tipografías, tintas en varios tonos) y equilibrio entre imágenes y textos, que incluyen fotografías de manuscritos de Clarice, fragmentos, citas de algunas de sus obras, un texto de Carlos Drummond de Andrade acerca de ella y una introducción (Ver a Clarice
) a cargo de la autora, quien viajó a todos los lugares donde vivió Clarice y obtuvo testimonios invaluables, de bibliotecas, hemerotecas, museos, fondos personales, que en este libro recogió.
© Herederos de Clarice Lispector y Bluma Wainer
La asombrosa buena organización de todo este material incluye una serie de apéndices, donde la autora aporta comentarios sobre las imágenes
que completan los datos concisos que componen los pies de foto, con información adicional de diversa índole, como la transcripción de algunos textos mencionados en los capítulos y la debida especificación de fuentes bibliográficas de los textos ahí transcritos o simplemente aludidos
.
La pertinencia de este libro es evidente. No obstante, la autora se permite ponerla en duda y para justificarla cita a Roland Barthes y enseguida a la propia Lispector, quien en su obra Un soplo de vida hace reflexionar a su personaje, Angela Pralini: La cámara fotográfica ha singularizado el instante. Y he aquí que automáticamente salí de mí misma para captarme mareada por mi enigma, frente a mí, insólito y aterrador porque es extremadamente verdadero, profundamente vida desnuda amalgamada a mi identidad
.
He aquí algunas de esas imágenes.