Hansel y Gretel, primer título del año de Arpegio Producciones, comienza temporada
Es nuestro proyecto entrañable en el que todos invertimos cariño, tiempo y dinero, manifiesta a La Jornada Sylvia Rittner, directora de esa empresa cultural con más de 10 años de actividad
Sábado 11 de abril de 2015, p. 2
La actual situación económica del país no amedrenta el proyecto de Arpegio Producciones Arte y Entretenimiento AC de promover y difundir el arte operístico entre el público infantil.
Así lo hace saber su directora, Sylvia Rittner, quien afirma que los riesgos y las condiciones adversas no son aspectos nuevos ni desconocidos en los más de 10 años de operar esa empresa cultural que funciona como compañía operística independiente.
Reconoce, no obstante, que el año pasado debieron enfrentar por vez primera que uno de sus proyectos no fue autofinanciable y eso ha implicado que los artistas participantes en esta iniciativa deban invertir de su propio bolsillo para mantenerla a flote.
Entrevistada con motivo del montaje de su primer título del año, Hansel y Gretel, de Engelbert Humperdinck –que del 11 de abril al 30 de mayo realizará temporada en el Foro Shakespeare–, la promotora cultural refrenda que Arpegio Producciones sigue firme en su vocación y proyecto social de llevar el disfrute de la ópera a la mayor cantidad de niños en el país.
Mantenerse en las actuales circunstancias económicas sí es muy arriesgado; siempre lo ha sido. El año pasado se dieron hechos en la economía del país que afectaron a las artes escénicas en general. Creo que en todos lo espacios hubo complicaciones y se debieron redoblar esfuerzos
, señala.
La decisión tomada es ser una compañía, sin dueño como tal; estamos conscientes de que trabajamos para mantener vigente el proyecto y así seguiremos. Somos la única propuesta de esta naturaleza en el país.
Funcionar al margen del Estado
Según Rittner, uno de los principales capitales del proyecto artístico y cultural es el compromiso, la calidad y la seriedad que sus integrantes asumen al realizar su tarea.
“No somos hueseros (término en el argot musical para definir a un músico sin un grupo fijo que es contratado por diferentes agrupaciones para tocar en una ocasión específica). Todos vivimos, sí, de la escena, pero también de otras cosas”, agrega.
La ópera para niños es nuestro proyecto entrañable al que todos los de Arpegio le invertimos desde cariño y tiempo hasta dinero. Ya formamos un elenco grande, que cada vez se incrementa; ahora son más de 20 cantantes.
Destaca que Arpegio Producciones es una compañía seria y estable, comprometida con las propuestas operísticas de calidad, integrada por cantantes jóvenes, pero con carrera profesional, y que en más de 10 años ha consolidado una cartelera y un público.
Así lo prueba la temporada anual, desde hace casi seis años, que desarrolla en el Lunario del Auditorio Nacional, donde en julio estrenará la ópera barroca Livietta e Tracollo, de Pergolessi.
“Nos mueve que disfrutamos de esto. Ojalá que todos pudiéramos vivir de nuestro trabajo. Por fortuna, este año ya tenemos cuatro temporadas firmadas. Siempre hemos funcionado al margen del Estado, no hay interés de su parte.
No es una situación triste, es injusta para el artista. Hay una desigualdad en México. En la ópera muchos intentan irse del país y hacer cosas en otro lado. Eso es fuga de talentos.