Anualmente en el mundo mueren 2.2 millones de personas por enfermedades asociadas a la mala calidad de los alimentos y del agua. En México, además, las infecciones intestinales todavía representan la quinta causa de mortalidad en menores de cinco años.

El presidente Enrique Peña Nieto encabezó la celebración del Día Mundial de la Salud, dedicado este año a destacar la importancia de la inocuidad de los alimentos y del agua. Se ha reconocido que las bacterias, virus, parásitos y sustancias químicas nocivas en los productos de consumo humano pueden causar más de 200 enfermedades, algunas incluso letales, expuso el mandatario.

Tras ubicar en 57.3 millones el número de mexicanos inscritos ya en el Seguro Popular –8.3 por ciento más que al cierre de 2012–, el mandatario ubicó una disminución de 8 por ciento, en los dos años recientes, en las enfermedades transmitidas por alimentos, y de 29 por ciento en el caso específico de la salmonelosis.

Planteó un México saludable como sinónimo de un país productivo y exitoso y ofreció el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de lograr que se reduzcan a menos de 14 las muertes por cada mil niños nacidos vivos. Ya en 2013, apuntó, ese índice fue de 15.7, en contraste con las 41 registradas todavía en los años 90 del siglo pasado.

En la Secretaría de Salud, Maureen Birmingham, presidenta de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), puntualizó: las enfermedades de transmisión alimentaria son prevenibles, y en esta región, cada año una de cuatro personas sufre una afectación por esa causa.

Mencionó el impacto de las fallas en la seguridad de los alimentos, no sólo para la salud de una nación, sino en su economía, y puso el dato de Estados Unidos, donde el costo total de las enfermedades asociadas a los alimentos es de 78 mil millones de dólares.

Se refirió a la preocupación mundial por la resistencia a los antimicrobianos y a la necesaria colaboración entre los sectores dedicados a la salud animal y humana para mantener la eficacia de los antibióticos en el tratamiento de las infecciones, incluyendo las enfermedades de transmisión alimentaria.

De acuerdo con la titular de la Secretaría de Salud, Mercedes Juan, las enfermedades transmitidas por alimentos constituyen 12 por ciento de los diagnósticos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. En esta administración, afirmó, se han tomado 193 mil muestras de alimentos para su análisis bacteriológico y 81 por ciento se encontraron dentro de las especificaciones.

México encara una paradoja, añadió la funcionaria: por un lado tenemos 70 por ciento de la población en condiciones de sobrepeso y obesidad, y 30 por ciento de nuestros niños con ese factor de riesgo, y por el otro, tenemos un importante número de mexicanos con carencias alimentarias.

Para Peña Nieto, la prevención de enfermedades, la mejora y ampliación de los servicios de salud, así como la construcción y modernización de la infraestructura médica, son objetivos prioritarios. Y no podrán alcanzarse, aseguró, sin el trabajo de cientos de miles de médicos, enfermeras e investigadores.

Se refería en específico a los ganadores, este año, del Premio Eduardo Liceaga, la doctora Teresita Corona, y el Premio al Mérito, los doctores José Sifuentes Osornio, Sergio Moreno Jiménez, Martha Cecilia Híjar, Manuel Campuzano, Carlos Liceaga, Héctor Pérez-Rincón, Abigaíl Aguilar y Patricia Bañuelos, así como a la auxiliar en enfermería Mónica Córdova. El Premio Guillermo Soberón al Desarrollo de Instituciones se otorgó al doctor Rafael Moreno Valle.