Mantiene el Cenart abierta Una muestra imposible durante vacaciones de Semana Santa
Ahí se puede apreciar visual y sonoramente ese quehacer del artista del Renacimiento
La exposición reúne también reproducciones digitales de obras de Leonardo da Vinci y Rafael Sanzio
Viernes 3 de abril de 2015, p. 2
Transcurrieron cuatro siglos para que la música plasmada en algunas de las pinturas de Michelangelo Merisi (1571-1610), mejor conocido como Caravaggio, pudiera ser identificada con precisión y escuchada de nueva cuenta.
De esa tarea se han ocupado especialistas, musicólogos e historiadores. En particular, la investigadora Franca Trinchieri Camiz, lo que ha dado pie a trabajos académicos, exposiciones y conciertos en varias latitudes.
Gracias a Leonardo, Rafael, Caravaggio: una muestra imposible –montada en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), que terminará el 15 de abril–, es posible apreciar visual y sonoramente esa vertiente de quien figura entre los principales difusores del claroscuro en la pintura.
La exposición dedica un apartado exclusivo a la incidencia que el arte sonoro tuvo en la obra de Caravaggio, a partir de su estancia en la casa del cardenal Francesco Maria del Monte.
Ese espacio lleva por nombre Sala de música; está ubicado en la Galería de Arte Binario y es uno de los cuatro salones que el complejo cultural destina a tan singular muestra, integrada por 57 pinturas y frescos de Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio y Michelangelo Merisi da Caravaggio, reproducidos de manera digital en alta resolución y en escala 1:1.
Dicha sala reúne cuatro cuadros, tres de tipo profano y uno religioso, en los que Michelangelo Merisi tiene a la música como pretexto, motivo y personaje, con la inclusión de instrumentos musicales e intérpretes, así como partituras de obras específicas.
El elemento central de ese apartado es que el recinto está sonorizado, merced una serie de grabaciones en off, con las piezas musicales plasmadas por el pintor en sus cuadros, entre ellas madrigales y motetes, interpretadas por el ensamble vocal Musica Picta, dirigido por Paolo Camiz.
La primera de las obras en el recorrido es Joven tocando el laúd, con flores y frutas, de 1596, cuyo original está en el Museo Hermitage de San Petersburgo, y de la cual el creador dijo que se trataba de la mejor pieza que había hecho.
En la pintura se ve a un joven que toca el laúd, de quien algunos historiadores consideran podría ser el célebre cantante castrato Pedro Montoya, quien fue también huésped del cardenal Del Monte.
De igual forma aparecen transcritos cuatro madrigales de Jacob Arcadelt (1505-1568).
Joven tocando el laúd, de 1600, es la siguiente obra. Se trata de una nueva versión del lienzo que se encuentra en el Museo Hermitage y la cual fue pintada para el cardenal Del Monte. Aquí aparecen dos madrigales, uno de Francesco Layolle (ca. 1492-ca. 1540) y otro de Jacquet de Berchem (ca.1505-15767).
Cuarto en el orden, el cuadro Descanso en la huida de Egipto, de 1597, es la única composición pictórica sacra de Caravaggio en la que se introducen elementos musicales. La partitura que San José sostiene frente al ángel corresponde a un motete de Noel Bauldewijn (ca. 1480-1529).
De El amor victorioso, la tercera pintura en el recorrido, de 1603, aún no se ha identificado la música de la partitura. Sin embargo, la cédula de sala destaca que la inscripción de la letra V probablemente hace referencia a Vincenzo Giustianiani, quien encargó la obra.