Mayor acceso a medicinas, la causa
Miércoles 25 de marzo de 2015, p. 41
Entre las razones que se esgrimieron en 2003 para crear el Seguro Popular estuvo el elevado gasto que realizaban las familias para la atención de enfermedades. En ese momento representaba más de la mitad de la inversión nacional en salud. Doce años después de la entrada en operación de ese esquema de aseguramiento, el llamado gasto de bolsillo para el pago de honorarios médicos, medicinas, estudios clínicos y hospitalización, entre otros, representa 44.8 por ciento de la inversión del país en sanidad.
De acuerdo con información de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la disminución se explica por un mayor acceso a medicinas de bajo costo (genéricos). Sin embargo, reconoce que ese porcentaje es el más alto entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –a la que México pertenece–, donde el promedio del gasto de bolsillo se ubica en 19.5 por ciento.
Otro aspecto es el revelado por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, respecto de que al menos una tercera parte de los afiliados a la seguridad social e incluso al Seguro Popular no utiliza esos servicios y prefiere ir a la medicina privada. Ello forma parte del gasto de bolsillo, que especialistas lo han atribuido a las deficiencias del sector público y su incapacidad para garantizar los servicios de calidad.
El lunes pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ofreció cifras concretas al señalar que en 2013 el gasto de los mexicanos en salud ascendió a 403 mil millones de pesos.
De este monto, 65 por ciento lo destinaron a la compra de medicamentos y otros bienes, es decir, casi 262 mil millones de pesos.
Las consultas médicas absorbieron cerca 65 mil millones de pesos, equivalente a 15.9 por ciento, mientras los servicios hospitalarios representaron 6.9 por ciento (28 mil millones de pesos).
La oferta de medicamentos
A partir de 2011 la Cofepris tomó medidas para aumentar la oferta de medicamentos genéricos, con la agilización de los trámites para liberar los registros sanitarios de productos que pueden remplazar las fórmulas innovadoras, una vez que éstas han concluido el periodo de protección de propiedad industrial (patentes).
La información más reciente del organismo señala que, al ser productos genéricos de calidad, seguridad y eficacia terapéutica, los precios de los medicamentos se reducen en promedio 61 por ciento, lo cual representa mil 47 pesos de ahorro a las personas.
Algunos ejemplos aportados por la agencia sanitaria mencionan la sustancia atorvastatina para el control de afecciones cardiovasculares. La marca original tenía un costo de 750 pesos y la fórmula genérica se puede encontrar con un precio de 85 pesos, es decir, una disminución de 89 por ciento. De igual forma, la molécula original de la pioglitazona para la diabetes valía 481 pesos y la genérica 69 pesos, disminución de 86 por ciento.
Esa mayor disponibilidad de medicamentos, dado que no ha habido cambios en ningún otro de los elementos que conforman el gasto de bolsillo, es lo que explica su disminución y que ahora represente 44.8 por ciento de la inversión total en sanidad.