Lunes 23 de marzo de 2015, p. 32
Singapur
Lee Kuan Yew, quien fundó el Singapur moderno y era temido por sus tácticas autoritarias y admirado por convertir la ciudad-estado en una de las naciones más ricas del mundo, murió este lunes, anunció el gobierno. Tenía 91 años.
Lee fue internado el 5 de febrero en el Hospital General de Singapur porque padecía una neumonía grave y posteriormente se le conectó a una máquina de soporte vital.
En un comunicado colocado en su sitio de Internet, la oficina del primer ministro informó que Lee falleció apaciblemente
a las 3:18 horas de este lunes.
Lee, el primer premier y el que más tiempo estuvo en el cargo en el país, dirigió a Singapur durante su traumática separación de Malasia en 1965 y contribuyó a transformar la otrora ciudad portuaria aletargada en un centro mundial de finanzas y comercio. Aunque pudo haber permanecido en el cargo más tiempo, dimitió y entregó la dirección del partido gobernante así como las riendas del país a una generación más joven en 1990.
Sin embargo, ejerció una influencia tras bambalinas en la política del país durante muchos años hasta que su salud se deterioró.
Al final, mi mayor satisfacción en la vida proviene del hecho de que he pasado años conjuntando apoyo, reuniendo voluntades para convertir este lugar en una meritocracia, libre de corrupción e igualitaria para todas las razas, y eso perdurará después de mí, como ha ocurrido
, declaró Lee en su libro One Man’s View of the World (La visión del mundo desde la perspectiva de un hombre), de 2013.
El presidente estadunidense Barack Obama describió alguna vez a Lee Kuan Yew como una de las figuras legendarias de Asia en los siglos XX y XXI
.
Él es alguien que contribuyó a desatar el milagro económico asiático
, señaló Obama al término de una reunión con Lee en la Casa Blanca en octubre de 2009.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que está profundamente triste
por la muerte de Lee. Subrayó que Singapur celebra este año el 50mo aniversario de su independencia y que su padre fundador será recordado como uno de los gobernantes asiáticos más inspiradores
, afirmó en un comunicado que difundió el vocero de Ban.
El jefe de las Naciones Unidas dijo que Lee contribuyó a que Singapur transitara de un país en desarrollo a uno de los más desarrollados en el mundo, al transformarlo en un pujante centro internacional de negocios
.
Su legado incluye un gobierno eficiente con poca corrupción, bajos impuestos para atraer inversión extranjera, excelentes escuelas y calles limpias y seguras, factores que contribuyeron a que Singapur se ubicara cerca del primer lugar entre las ciudades más habitables del mundo para personas que han emigrado de sus países, según encuestas.
Sin embargo, enfrentó críticas por utilizar tácticas duras para consolidarse en el poder. Encarceló a algunos adversarios políticos durante décadas sin ser juzgados y presentó demandas por difamación contra periodistas y políticos opositores, lo cual amedrentó a la disidencia.
Lee insistió en que los límites estrictos impuestos a la libertad de expresión y de manifestación pública eran necesarios para mantener la estabilidad en este país multiétnico y multirreligioso que había sido escenario de disturbios raciales en la década de 1960.
Esa estabilidad, agregó, era necesaria para propiciar el crecimiento y elevar los niveles de vida en un país con pocos recursos naturales.
Tuve que hacer algunas cosas repugnantes, encerrar a personas sin juicios
, declaró Lee en una entrevista con The New York Times publicada en septiembre de 2010. No digo que todo lo que hice estuvo bien. Sin embargo, todo lo que hice tuvo un propósito honesto
.
Lee, cuyo Partido de Acción Popular gobierna Singapur desde 1959, permaneció como un poderoso asesor con categoría de ministro del gabinete después de su dimisión como primer ministro, y muchos singapurenses, en particular los de mayor edad, lo ven como un padre sabio aunque estricto.
Lee entregó su cargo de ministro del gabinete y renunció al comité ejecutivo del Partido de Acción Popular después de las elecciones parlamentarias de 2011 en las que la fuerza política gobernante captó el menor número de votos en una elección desde la independencia.