Los niños son iguales, lo que cambia es la tecnología
, afirma
Lunes 23 de marzo de 2015, p. a14
Al lugar en donde hace 38 años se presentó para empezar lo que ha sido su prolífica carrera, regresó Cepillín, quien por dos fines de semana estará en el Teatro Blanquita.
Ricardo González Gutiérrez, con 69 años a cuestas, entusiasmó tanto a la gente menuda como a sus papás al traerles recuerdos de su programa televisivo, que empezó en 1977.
Cepillín, mote que tomó por deformación profesional pues es odontólogo, y dientín, muelín y pastín no le parecieron adecuados, divirtió al público que medio llenó el recinto del Eje Central.
El payaso, siempre de humorismo blanco, recuerda que su presentación en el Blanquita fue prácticamente accidental, pues suplió al humorista chileno Lucho Navarro, quien enfermó de paperas, lo que le imposibilitó actuar en alguna ocasión.
Carmen Salinas, que estaba en el elenco habló con la empresaria Margo Su, quien no tuvo objeción para el remplazo y así comenzó todo
, explica Cepillín, luego de atender la demanda del público que hizo una larga fila para tomarse una foto del recuerdo.
El payaso se inició en los teatros de su ciudad natal, MOnterrey, donde se dio a conocer interpretando las canciones Un día con mamá y Tomás. La fama de Cepillín fue tal que se embarcó en un frenético ritmo de trabajo que le presentó la factura en forma de infarto hace 14 años. Fue el estrés, pero ya me lo quité
, agrega con gracia quien se define como el chistoso de la escuela, desde el kínder hasta la facultad en la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Cepillín dice no tener problemas para arrancar la risa a los infantes, ya sea con canciones o gestos. Los niños son iguales, lo que ha cambiado es la tecnología
, asevera.
Además, en su espectáculo, ahora se hace acompañar de dos de sus hijos, Franky y Cepy.