El técnico José Cardozo fue expulsado por cuestionar al árbitro
La victoria es un paso vital para la permanencia en primera división
Lunes 23 de marzo de 2015, p. 5
Guadalajara.
El estadio Omnilife, pintado de rojo y blanco, estalló en desquiciado festejo con el triunfo de Chivas 1-0 sobre el Toluca. El solitario gol de Omar Bravo significó un paso vital hacia la permanencia al ubicar su cociente en 1.1250 y aumentó la distancia sobre los sotaneros Leones Negros y Puebla.
El partido comenzó con mucho ímpetu, los visitantes tuvieron breves minutos de dominio y encajonaron a los rojiblancos en su propia área, pero sin conseguir trascender. Al minuto 12 Carlos Esquivel incursionó con buenas posibilidades, sin embargo, el portero Luis Ernesto Michel realizó una precisa salida para disolver el peligro.
En la meta contraria estuvo también un atento Alfredo Talavera, quien congeló en sus manos un cabezazo de Marco Fabián. Más tarde voló a la izquierda ante un nuevo disparo de Marco, y luego, ante un centro desde la izquierda de Omar Bravo que Isaac Brizuela remató, el guardameta mexiquense resolvió al atrapar la pelota.
Ante los momentos de auge de los rojiblancos, el estratega toluqueño José Cardozo hizo los berrinches habituales en su área técnica. Lanzaba gritos destemplados a los suyos y al árbitro. Estaba furioso por el juego que desarrollaban sus pupilos y cuestionaba cualquier decisión del silbante.
Al minuto 47 de acción el graderío cobró vida al explotar en festejos con la anotación del Guadalajara. Tras un avance por la derecha, Omar Bravo recibió en el área, trianguló con Marco Fabián, hizo recepción con el pecho y definió con la pierna derecha. Talavera nada pudo hacer para impedir el tanto.
Los cánticos inundaron el espacio, el clamor de ¡Chivas, Chivas!
surgió vibrante, mientras que en la banca visitante los nervios seguían crispados, hasta que al minuto 52, ante un disparo de Carlos Equivel el esférico golpeó en el brazo pegado al cuerpo de Miguel Ponce, fue un contacto involutario, pero la banca toluqueña hizo reclamos desmesurados.
El silbante César Ramos se acercó a la banca toluqueña y mandó a las regaderas al portero suplente Liborio Sánchez y al técnico Cardozo, al minuto 54.
Con la ventaja en el tablero y el entusiasta apoyo de su afición, los tapatíos jugaron con más soltura, trasladaron el balón de buena manera, siempre acompañados con el coro de óooole, óoole
, que desde la tribuna les festejaba todo.
Los jugadores toluqueños tardaron en digerir la molestia, siguieron el ejemplo del técnico Cardozo y reclamaban todo. Marco Fabián hasta jugó de fantasía, en un avance llegó por el lado izquierdo y con un vistoso giro se deshizo de su marcador, la burla al contrario le mereció aplausos desde las gradas sin importar que el avance no trascendiera.
Al minuto 68 Omar Bravo cometió una ruda falta ofensiva, chocó a un Mario Quezada que esperaba el balón para despejarlo, fue tan rudo el golpe que ya no se levantó y debió ser sacado en el carrito para los lesionados, directo al hospital. El portero Alfredo Talavera exigió enfurecido una tarjeta amarilla para Omar, pero el amonestado resultó él.
En lugar de Quezada entró Wílder Guisao, pero Chivas siguió como el equipo más abocado al frente, aunque los Diablos Rojos todavía pegaron un par de sustos. El primero fue al 75, Hugo Montaño dio gran pase a Marco Bueno, pero el envío resultó demasiado largo.
Omar Bravo, quien estaba en la mira de los visitantes por el golpe sobre Quezada, salió de cambio al minuto 76, en su lugar entró en medio de una gran ovación Érick Cubo Torres. Más tarde, a cinco minutos del final, Marco Fabián dejó su sitio al veterano Fernando Arce.
Desde un palco, el técnico guaraní Cardozo, a su vez, decidió sacar a Édgar Pájaro Benítez, quien tuvo una actuación para el olvido, y mandó al campo a Óscar Rojas. Entre los últimos avances de los mexiquenses, Luca Lobos recibió el esférico en el área, pero definió pésimo, a un costado.