Dicen que allí hay fantasmas, en específico el de una niña que murió cuando el lugar funcionaba como escuela. Hay quienes la ubican como la mansión donde a finales del siglo XIX el célebre bandido Chucho El Roto, famoso por robar a los ricos para dar a los pobres, frecuentaba a su amada Matilda.

El único dato fehaciente hoy día es que Casa Frissac, cuna de mitos y leyendas, es uno de los cinco espacios que la delegación Tlalpan mantiene destinados a la promoción, divulgación y difusión de la cultura.

Ubicado en el centro histórico de esa demarcación –la más grande del Distrito Federal, ubicada al sur de la capital del país–, ese histórico inmueble, edificado a finales del siglo XIX y principios del XX, a partir del diseño del arquitecto Antonio Rivas Mercado, creador de la Columna de la Independencia, se encuentra actualmente sometido a un proceso de restauración.

Ya el año pasado se hizo una inversión de un millón 800 mil pesos para intervenir el área que funciona como galería, además de trabajos de impermeabilización y cambio de instalación eléctrica y de luminaria, según la directora general de Cultura de la delegación, Sofía Trejo Orozco.

La inminente temporada de lluvias, un riesgo

En este 2015 las obras proseguirán y el aspecto más importante será la restauración total del muro perimetral de la casa, el cual, debido a su antigüedad y el deterioro natural por hallarse expuesto a la intemperie, presenta en varios tramos riesgo de colapsarse.

De acuerdo con el arquitecto responsable de la obra, Fernando A. Sánchez Chávez, la reparación de esa estructura de aproximadamente 70 metros de extensión es urgente, ante la proximidad de la temporada de lluvias.

Ese aspecto climatológico puede favorecer que tal parte de la construcción sucumba, como ocurrió hace dos años con entre 30 y 40 metros lineales de la barda del atrio de la Parroquia de San Agustín, ubicada en la esquina contraria de Casa Frissac, indica el cronista de Tlalpan, Salvador Padilla.

La restauración de esta centenaria barda se hará de manera artesanal, tabique por tabique, y conforme al diseño con el que fue construida. Según el arquitecto, las piezas serán desmontadas por módulos, posteriormente se les someterá a un proceso para preservarlas y fortalecerlas con la ayuda de un aditivo y, por último, serán vueltas a colocar en el lugar que ocupaban.

Para fijarlas se utilizará una argamasa similar a la original, de arena cernida con cal, precisa Sánchez Chávez, quien estima que 60 por ciento del material original del muro podrá ser conservado. Las piezas nuevas que se utilicen serán mandadas a hacer con las mismas especificaciones de las históricas.

Las obras requerirán de entre cuatro y cuatro meses y medio, y se estima que comiencen entre finales de abril y principios de mayo, una vez que se cumpla con los trámites administrativos. Entre ellos, se solicitó ya la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

La intervención en Casa Frissac para este año, cuyo presupuesto alcanza 5.5 millones de pesos, contempla asimismo el área de talleres, donde se ofrecen de manera gratuita 15 actividades a la comunidad, entre ellos fotografía, teatro, danza, cine y tallado en madera.