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Para festejar se abrieron las muestras Blanco de plomo y Obra gráfica, de Sergio Hernández

Celebra el CaSa nueve años de ser fuente de enseñanza artística

En 2014 se realizaron 279 talleres y 15 diplomados a más de 5 mil alumnos de 10 países y 24 estados de México

A la conmemoración acudieron unas mil 200 personas

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Lourdes Báez, directora general del CaSa, expresó su orgullo de contar con una exhibición de Sergio Hernández (en la imagen) por primera vezFoto Jorge A. Pérez Alfonso
Enviada y corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 23 de marzo de 2015, p. 8

San Agustín Etla, Oax.

Las fuentes se tiñeron de grana cochinilla y la banda de niños Ameyalli entonó Las Mañanitas para celebrar el mediodía de hoy el noveno aniversario del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), fundado por Francisco Toledo, quien tuvo la visión de convertir la otrora fábrica textil en espacio de enseñanza artística.

En 2014 se llevaron a cabo 279 talleres y 15 diplomados o proyectos de largo aliento en los que se atendió a más de 5 mil alumnos provenientes de 10 países y 24 estados de la República Mexicana, principalmente de comunidades de Oaxaca.

El artista visual, promotor cultural y activista no pudo asistir, ya que acababa de llegar de la ciudad de México, donde tuvo varios compromisos, expresó su hija Sara, quien preside la Sociedad de Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.

Este hito tan significativo se festejó con la apertura de dos exposiciones del pintor oaxaqueño Sergio Hernández: Blanco de plomo, de 26 cuadros de gran formato, realizados entre 2013 y 2015, en la galería Planta Baja, y Obra gráfica, de 46 grabados, hechos entre 2001 y 2014, en la galería Chalet.

En el acto, que contó con la presencia de Gabino Cué, gobernador de Oaxaca, Lourdes Báez, directora general de CaSa, expresó su orgullo de contar con una exhibición de Hernández por vez primera.

Hernández agradeció a Toledo la invitación a exponer la serie en la que ha trabajado a lo largo de dos años y medio, cuya primera etapa ha llegado a su fin. El tema, explicó, tiene que ver con la botánica –en uno de los cuadros también se perciben los pulmones del artista–, y asimismo con la historia del color blanco de plomo, conocido por los griegos y empleado para pintar las paredes de Pompeya. Advirtió que hay que tener mucho cuidado al trabajarlo, pues provoca la enfermedad del saturnismo.

En un texto introductorio, el expositor recuerda haber presentado su examen de admisión a la escuela de pintura La Esmeralda en 1975, con una prueba que consistió en dibujar una naturaleza muerta con la técnica de la grisalla. Me limité al uso del blanco y negro durante toda mi permanencia en la escuela: era la manera más sencilla y económica de practicar el dibujo, acota.

Sobre Blanco de plomo explica: “Yendo y viniendo por el taller Restauro de Manuel Serrano, descubrí que necesitaba una técnica que me permitiera dibujar con mucha agua. Yo rumiaba el color como las vacas. Quería pintar en el aire con agua –sin tocar la superficie– la piel de su tersura o su blancura. Quería abarcar el espacio en su totalidad.

“Poseía pigmentos ‘históricos’, empleados en su momento para restaurar tumbas egipcias, peruanas, mexicanas, chinas, indias, etcétera. Los había comprado como saldos en la casa Kremer, 25 años atrás, y nunca había tenido la oportunidad de darles uso. Eran pigmentos de lapislázuli, malaquita, cinabrio, turquesa y azul egipcio, todos obtenidos de minerales oriundos.

“Podría decirse que disponía de los condimentos con que cocinar, pero me faltaba la base que requiere toda cocina. Esa base fue una lámina de plomo montada sobre un bastidor. Cuando la tuve ante los ojos, aquella superficie gris me pareció una placa fotográfica, un negativo que había que revelar: lo hice metiéndola en una tina de agua con una emulsión de vinagre.

El resultado fue una verdadera revelación: apareció el blanco de plomo. Hernández fue tomando confianza: “Pasé del estupor a la búsqueda, y así comencé a entender la magia de la alquimia… hasta que quedé atrapado por ella. Entonces apareció mi radiografía: primero mis pulmones, después de ropa tendida en las ramas cerca del río, los sueños en el bosque de palmeras y por último cartas a Magdala, geometría del silencio.”

Entrevistado por la prensa, Gabino Cué dijo que su gobierno apoya de forma permanente a CaSa: El Estado hace una aportación periódica anual. Hicimos una última para las residencias artísticas que, me informan, están por concluir. Permanentemente, estamos en pláticas con el maestro Toledo en la medida de que él pide apoyo y el respaldo lo seguiremos ofreciendo.

A la celebración hubo una asistencia de alrededor de mil 200 personas.