a competencia económica es motor poderoso para la calidad de vida de las familias. Al posibilitar el acceso a productos de mejor calidad y menor precio, así como al estimular la productividad y el crecimiento económico, la competencia amplía la capacidad adquisitiva del salario y abre camino a nuevas empresas que quieren participar en la actividad económica, con lo que se promueve el empleo y, por tanto, que los beneficios del desarrollo económico alcancen a un mayor porcentaje de la sociedad.
Con competencia las empresas tienen acceso a insumos clave a mejores costos y los consumidores finales a bienes y servicios de mejor calidad y precio. En nuestro país hace falta mucho por hacer en este sentido. El Estudio para identificar el nivel de conocimiento y percepción de la competencia en México, elaborado recientemente por IPSOS para la Alianza por la Competencia, refleja la preocupación ciudadana por la falta de competencia en mercados esenciales para la vida diaria, como son los agroalimentarios, energéticos y de transporte. También destaca que 72 por ciento de los encuestados opina que de haber mayor competencia en los mercados de los bienes y servicios que regularmente consume, los precios serían más bajos (estudio disponible en www.alianzaxcompetencia.mx).
Otro ejemplo de lo que nos falta por mejorar: el Banco de México ha señalado que los productos de la canasta básica registran alzas mayores al índice inflacionario, como producto de la misma falta de competencia.
Refiriéndome en específico a los esfuerzos para combatir el problema de la pobreza y la desigualdad, instituciones como la Sedesol, la SEP y el Infonavit son fundamentales para mitigar los efectos de la pobreza, como lo son el salario precario, el bajo nivel educativo, la falta de ahorro y de vivienda de calidad, entre otros. Justamente su vocación natural es la instrumentación de políticas y programas para mitigar y disminuir la marginación y la pobreza.
Ahora, si entendemos que la pobreza y desigualdad son un asunto multifactorial, entonces la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) también es corresponsable en la solución colectiva a este desafío nacional. Me explico: la pobreza y la distribución del ingreso se entienden tanto por las distintas capacidades y recursos que tienen las personas y los negocios, como por las reglas del juego a partir de las cuales éstas interactúan y se reparten las ganancias de esta interacción.
Imaginemos dos empresas que en vez de competir por conseguir el interés del consumidor se ponen de acuerdo para fijar precios de venta más altos. En esta circunstancia, cuando una autoridad de competencia suprime y sanciona prácticas anticompetitivas de este tipo, los precios en ese mercado pueden reducirse en un rango que va de 20 hasta 40 por ciento, generando cuantiosos ahorros a la población, en particular a la de bajos ingresos. Asimismo, si una empresa dominante indebidamente desplaza a otra del mercado, la desviación del precio en este mercado con respecto a la situación competitiva podría implicar subidas hasta de 10 por ciento en el precio. (1)
La comisión debe asegurar que tanto las reglas como las condiciones de mercado generen cancha pareja, erradicando actividades como acuerdos entre competidores para pactar subida de precios o bien, que una empresa abuse de su poder dominante para desplazar o bloquear a otras. Delitos que, reitero, lastiman directamente el bolsillo y bienestar de los mexicanos. En la Cofece queremos trabajar de la mano con otros reguladores para eliminar barreras a la competencia en beneficio de millones de consumidores.
La competencia no es un fin en sí mismo. Es un arma poderosa para detonar el crecimiento económico y mejorar la distribución de la riqueza. De ahí que garantizar la competencia económica es hacer política social. Al tiempo que construir un México mejor y más equitativo, es competencia de todos.
(1) Lineamientos para la elaboración de evaluaciones ex-ante de las intervenciones de la Comisión Federal de Competencia Económica, Cofece, 2014. Disponible en www.cofece.mx
*Comisionada presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica