Familias de menores ingresos, orilladas a vivir en barrios populares
Malas políticas oficiales, causa de la desigualdad, señala Alicia Ziccardi
Viernes 20 de marzo de 2015, p. 40
En América Latina las ciudades se han convertido en elemento de segregación social, en el que las familias de menores ingresos económicos se ven orilladas a habitar en barrios populares
que en muchas ocasiones son estigmatizados, carecen o tienen mala calidad en los servicios y están muy lejos de los centros escolares o de trabajo, además de que el transporte es costoso y poco eficiente.
Apuntó lo anterior Alicia Ziccardi, directora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad e integrante del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al dictar una conferencia magistral durante la tercera jornada de los trabajos del quinto coloquio de verano Movilidad social y desigualdades interdependientes, organizado por el IIS, la Universidad Libre de Berlín y la Red de Investigación Desigualdades.
En México, dinámicas sociales y económicas que agravan brechas
Planteó que estas pautas de segregación en las urbes son generadas por malas políticas gubernamentales, que otorgan muy bajos subsidios para la vivienda popular, se encargan de favorecer a los constructores de casas de mala calidad, a bajos costos para la población, pero con grandes ganancias para las inmobiliarias.
Esos conjuntos habitacionales, dijo, no proporcionan buena calidad de vida, al carecer de espacios públicos y de esparcimiento y por ubicarse en periferias inseguras y alejadas de los beneficios que da el centro de la ciudad. Además, en ocasiones se daña el medio ambiente al edificarse sobre zonas protegidas.
Subrayó que hay seis factores que contribuyen a que la pobreza urbana persista: falta de inversión pública y privada, bajos ingresos de la población, localización periférica y segregación residencial, condiciones orográficas adversas, falta de acceso o mala calidad de bienes y servicios urbanos, así como tenencia legal confusa.
En el caso de la ciudad de México, la investigadora de la UNAM aseveró que si bien se han dado procesos alentadores
para ampliar los derechos de los ciudadanos, los cuales generan mayor impulso a la igualdad, al mismo tiempo hay dinámicas económicas y sociales que agravan las viejas brechas y se unen a las nuevas.
Entre dichas desigualdades señaló la precarización del trabajo, la permanencia de la economía del delito, la fragilidad de una democracia total y ambientes de inseguridad en algunas zonas.
Con ello la ciudad deja de ser un espacio de inclusión social y se amplían las desigualdades y la segregación
, advirtió.