Cultura
Ver día anteriorJueves 19 de marzo de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Contar una historia
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de marzo de 2015, p. 4

Según ha narrado Arturo Pérez-Reverte, hace 20 años yo le conté una historia que le sucedió a la escritora Verónica Murguía, y que involucraba a su perro Sami. Seguramente pasó así, ha transcurrido tanto tiempo que no lo recuerdo, pero parece que Pérez-Reverte me cita desde su primera publicación, y también cita a la propia Verónica Murguía.

En cualquier caso, hice lo que han hecho miles de lectores en el mundo entero: contarle a un amigo una historia interesante, que leí o de la que me enteré por un tercero. Hasta donde yo sé, conversar no es un delito, y a nadie se le puede acusar de recomendar una lectura. De ser así, la divulgación cultural sería un delito que nos involucra a todos.

Con posterioridad, Pérez-Reverte decidió, por cuenta propia y sin que yo tuviera nada que ver, escribir un artículo con la historia del perro de Verónica Murguía, y lo publicó en España. Si en ese artículo hay frases, situaciones, estilo narrativo, o lo que sea, que disgusten a Verónica Murguía, es asunto entre ella y Pérez-Reverte, en el que, categóricamente lo afirmo, yo no tengo nada que ver.

Sin embargo, en el artículo que aparece en el periódico La Jornada, en su edición del 17 de marzo de 2015, se me involucra en un supuesto caso de plagio. Según parece, soy sospechoso de ese delito por haber referido una historia, sólo eso.

Cierto, a mí se me acusó de plagio, asunto que se ventiló hace tres años, y del cual, entonces, di mis razones y enfrenté las acusaciones, asumiendo las consecuencias del caso. Que ahora se tome ese asunto para volverme involucrar en algo que sólo debería incumbir a Arturo Pérez-Reverte y a Verónica Murguía, no lo puedo atribuir más que a un deseo de mal informar a los lectores, o desprestigiarme.

Si se puede exponer públicamente a alguien por haber recomendado un artículo, inclusive por haberlo dado a leer, es que nos encontramos frente a una sociedad fascista, donde todos somos sospechosos y susceptibles de ser culpabilizados por algo inocuo: contar una historia.

En cualquier caso, me gustaría reafirmar lo siguiente: el artículo que hace 18 años publicó Arturo Pérez-Reverte es responsabilidad de él, sólo de él, no creo que ninguna manera en ninguna mala intención de su parte al publicarlo, pero si Verónica Murguía o un medio de comunicación se sienten afectados por el mencionado artículo, deberían acudir a Pérez-Reverte, y no a mí, para aclarar cualquier situación.