Se orquestó desde las altas esferas del poder, señala el pintor
Considera que el autoritarismo sigue siendo parte del México actual
Deplora el artista que ‘‘una mujer tan valiente desaparezca de la radio’’
Miércoles 18 de marzo de 2015, p. 5
Oaxaca, Oax.
El artista plástico oaxaqueño Francisco Toledo manifestó su apoyo a la periodista Carmen Aristegui, tras estimar que su despido tiene todos los tintes de una ‘‘venganza política’’ orquestada desde las altas esferas del poder.
Toledo lamentó lo que ocurre en el caso Aristegui-MVS Noticias, y consideró que el despido de la periodista denota que el autoritarismo sigue siendo parte del México actual y no del pasado.
El artista juchiteco dijo estar a favor de la periodista, al referirse a la decisión de la cadena MVS, la noche del domingo pasado, cuando dio por concluido su contrato. ‘‘Es una lástima que esta mujer tan valiente, y cuyo programa tiene un auditorio tan grande, desaparezca de la radio’’.
En la actualidad, y más en la situación que se vive, agregó, se requiere de personas que digan lo que ocurre y no oculten los hechos.
‘‘Estamos con ella. No sé qué podamos hacer, mandarle una carta, no lo sé’’, expresó el pintor en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), tras considerar que esta clase de acciones demuestran que persiste el autoritarismo de los gobiernos emanados del PRI. En su opinión, el despido de Aristegui es producto de una ‘‘revancha’’ por haber dado a conocer el reportaje de la llamada Casa Blanca, por lo cual desde un inicio fueron despedidos los reporteros que encabezaron esa investigación, Daniel Lizárraga e Irving Huerta.
Toledo dijo que para lograr cambios sustanciales en México, se requiere que no haya más acciones autoritarias, pero además que se garantice la libertad de expresión.
Recordó que gracias a los medios de comunicación se dan a conocer situaciones relevantes como el desvío de recursos, las desapariciones forzadas, el asunto de la Casa Blanca y, recientemente, lo que ahora se intenta imponer –dijo–, la ley general de aguas, que no tiene otro sentido más que la privatización del líquido.