Todas las entidades del país cuentan con algún tipo de unidad especializada para atender el delito de secuestro. Sin embargo, no todas tienen el estándar requerido para abatir el problema, indicaron funcionarios del gabinete de seguridad.

De igual forma admiten la necesidad de fortalecer los controles de confianza y desarrollo policial para evitar episodios como la presunta responsabilidad de efectivos federales en el plagio de un empresario de Tamaulipas, entidad en la que hay una fuerza policial de apenas 3 mil 427 elementos, según cifras oficiales de la Secretaría de Gobernación (SG).

El gobierno federal busca construir unidades en las que participen fuerzas federales (incluido el Ejército), especialistas en información de inteligencia, así como agentes y policías con alto grado de especialización, ante la imposibilidad de coordinar y tener reacción inmediata con una corporación local o estatal.

Las entidades con mayor número de secuestros, en comparación con el índice poblacional, son Tamaulipas (uno de los estados con corporaciones más pequeñas, con 3 mil 427 policías), Guerrero (11 mil 596 elementos), Morelos (5 mil 467), Tabasco (8 mil 223) y, más abajo, Michoacán (8 mil 917) y el estado de México, con 73 mil 361 policías.

En 2014, 84 casos denunciados

El corte estadístico más reciente indica que no ha podido reducirse significativamente la incidencia de este delito, por lo contrario, reporta picos y algunas bajas moderadas, sobre todo a escalas estatal y municipal. A escala nacional, en diciembre de 2014 fueron denunciados ante el Ministerio Público 84 casos, y en enero pasado la cifra llegó a 89.

El Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) de la SG tiene estadísticas, alimentadas por información que le entregan las autoridades locales, de los delitos de mayor incidencia en el país.

La cuenta se inicia en 1997, cuando el secuestro alcanzó un pico de mil 47 casos (aunque desde entonces y hasta ahora las autoridades admiten que hay una cifra negra muy alta de casos no denunciados). A partir de entonces se pudo mantener el delito por abajo del millar.

La siguiente crisis de plagios ocurrió en el sexenio de Felipe Calderón; en 2009 la cifra de denuncias del delito llegó a mil 162 y, desde entonces, no ha bajado de mil casos por año.

En 2010 hubo mil 222 denuncias de este tipo; en el penúltimo año de la administración calderonista, mil 432, y cerró, en 2012, con mil 418 casos.

En el primer año del sexenio de Enrique Peña Nieto se alcanzó la cifra histórica de mil 698 denuncias, lo que motivó la creación de la comisión nacional para coordinar las acciones en torno a este problema, en el cual Tamaulipas sigue como entidad preponderante. En 2014 el número de denuncias bajó a mil 395, con poco más de 100 casos mensuales en promedio.