La noche del viernes, en el escenario principal, una melena entre rubia y cana se agitaba por el fuerte viento que sopló en la ciudad de México.

Gélidas gotas de lluvia contextualizaron un racimo de piezas casi folk texturizadas con acústica LSD, esa que en los años 60 y 70 era inherente al rock y que produce sensaciones multicolores.

El ritmo y compás de un sinte sicodélico y la voz de rango alto de un señor de 67 años rociaron una y otra vez a la audiencia con acústica sicotrópica.

Fue el cerrojazo del primer día, que mención aparte requiere: Robert Plant & The Sensational Space Shifters, agrupación que diseñó en menos de una hora un aeródromo en el que se fusionaron los sonidos del norte de África con el sensual arrullo de las rolas Black Dog, Going to California, Whole Lotta Love, o Rock and Roll, clásicos de la emblemática Led Zeppelin.

Mister Plant es una efigie latente que vuela en el proscenio en una especie de post metal folk. Lo hace con la ayuda de meta-músicos, incluido un Griot, narrador o depositario de la tradición de algunas culturas africanas, que aparece en el escenario tocando un Nyandero: violín de una cuerda.

Regalaron piezas de Lullaby... and the ceaseless roar, su primer disco de composiciones originales desde Mighty ReArranger (2005).

Otro set más que destacable fue el de los neoyorquinos de Interpol, que aprovechó el foro para presentar temas de su reciente álbum, El pintor, así como algunas de sus rolas clásicas.

Qué bien estar aquí en México, espero que se la estén pasando bien, porque nosotros sí, señaló en español Paul Banks, vocalista de esta fina agrupación de oscuros sollozos y guitarrazos interminables.

La guitarra eléctrica de Daniel Kessler y la batería de Sam Fogarino fusionaron su electrizante sonido con la voz de Banks, dominador de las tablas en la música, quien se dirigió en español constantemente, como pocos. Quería agradar.

Gracias, ha sido un gran placer, los queremos mucho, y los riffs casi loops abrigaban el frío.

Mención aparte merece San Pascualito Rey, grupo con músicos mexicanos de fina estampa, los cuales aprovecharon para dar el toque político mencionando el caso de Carmen Aristegui. Se manifestaron contra la censura informativa en México.