El compositor italiano Luciano Berio (1925-2003) es, sin duda, una de las figuras de la música académica contemporánea más descollantes, sustanciales, y conocía el piano perfectamente, define Haydeé Schvartz.

La pianista argentina viene al país con una misión: interpretar el programa La integral para piano de Luciano Berio, compuesto de todas sus obras para ese instrumento que abarcan de 1965 a 2001, hazaña que se realizó por vez primera aquí, en un concierto coordinado por Mario Lavista, que se efectuó la noche del miércoles en El Colegio Nacional. Schvartz lo tocó por primera ocasión el año pasado en el Teatro Colón, en Buenos Aires.

Entrevistada, explica que estas obras son de “extrema dificultad física. Siempre que abordo este programa me acuerdo de una frase de una traumatóloga especialista en manos en Argentina: los músicos siempre se olvidan que son deportistas de alta competencia.

Son complejas no sólo en lo físico, sino también en la posibilidad de la construcción de la obra. Formalmente son piezas muy bien planteadas, pero sin duda requieren de un trabajo de interpretación y comprensión. Bueno, hay que meterse profundamente en eso.

Berio sentó “un precedente esencial en la creación musical y, en particular, su obra para piano significó erigir una visión de éste que, al seguir con la tradición, siendo un eslabón más de la cadena histórica, lo lleva a alturas colosales por la manera en que lo utiliza.

También por todo lo que hay detrás como conocimiento del instrumento, tanto a nivel histórico como artístico. Utiliza todas las bondades del piano como instrumento de virtuosismo, de infinitos timbres y colores, el trabajo sobre las densidades que son posibles hacer. Según Schvartz muchas veces los autores de música contemporánea huyen al piano porque tiene una memoria, sobre todo, del romanticismo y luego del comienzo del siglo XX. Pareciera que siempre que se alude a la sonoridad del piano remite a esa época. Como que fue muy difícil después tratar de inventar algo nuevo con el instrumento que es de registro fijo, no tiene la maleabilidad de uno de cuerdas o de viento o el canto. Entonces, muchos de los compositores más nuevos le huyen”.

–¿Qué tan presente está Berio en la programación actual?

–El término música contemporánea es a veces un poco inexacto, porque con ello siempre hablamos de la música de hoy y ésta no es Berio. Sin embargo, podríamos generalizar que después de 1950 es como el inicio de lo que se llama música contemporánea.

“Berio –junto a Boulez, Stockhausen y Ligetti– integró ese grupo de compositores posweberianos que en Europa fueron los que iniciaron este movimiento y han quedado como clásicos porque son inamovibles. Crearon un precedente, como Beethoven y Chopin.

A pesar de que estas obras son muy antiguas, manejan un lenguaje que en la música no es todavía tan popularmente aceptado en lo que son los ámbitos de los conciertos de temporada de los grandes teatros.