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Dirigentes condenan homicidio y exigen garantías
 
Periódico La Jornada
Jueves 12 de marzo de 2015, p. 28

La dirigencia del Partido de la Revolución Demoocrática (PRD) condenó el homicidio de Aidé Nava González, precandidata a la alcaldía de Ahuacuotzingo, Guerrero, y pidió una profunda investigación para esclarecer el atentado y castigar a los responsables.

El grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados repudió el asesinato y exigió al gobierno federal garantías para las elecciones del 7 de junio.

Carlos Navarrete, presidente del PRD, consideró que el gobierno federal tiene que apretar la ofensiva contra los grupos delincuenciales. Si bien ya ha tenido resultados, estimó que deben profundizarse las tareas de inteligencia.

En zonas difíciles de Guerrero hay que seguir actuando con toda energía y capturar a dirigentes de grupos delincuenciales, entre ellos Los Rojos, a quienes se atribuye el atentado contra la perredista, subrayó.

El coordinador perredista en la Cámara de Diputados, Miguel Alonso Raya, dijo que a pesar de las operaciones de seguridad el crimen organizado insiste en infiltrarse en los municipios.

Si el mensaje es para los que no se quieran alinear, ¿qué van a hacer los candidatos? ¿Ceder ante las presiones para que luego los acusen de estar aliados con la delincuencia, o dejarse asesinar?

Dijo que es evidente que Nava no aceptó las condiciones que le querían imponer. Ante ello, ¿cuál es la respuesta del Estado? Debe tomar acciones para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, en este caso de los candidatos que, por estar en campaña, son blanco fácil de la delincuencia.

El presidente de la comisión especial por la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, el panista Guillermo Anaya, resaltó que hay que profesionalizar a los cuerpos policiacos, definir qué policía queremos, cuánto queremos pagarle. Hay que dar un proyecto de vida a los policías municipales, estatales y federales. Hay muchas cosas que hacer y que nadie se equivoque en echar las campanas al vuelo pensando que con detenciones (de capos) el país se va a tranquilizar.