Es el desorden del sueño más común
Miércoles 11 de marzo de 2015, p. 37
A escala mundial, 40 por ciento de la población padece insomnio, aseguró José Luis Carrillo, vicepresidente de la Academia de Medicina del Dormir, quien indicó que en México más de 30 por ciento de los mexicanos lo sufre.
En conferencia de prensa en el contexto del Día Mundial del Sueño, que se conmemorará el viernes 13 de marzo, explicó que las enfermedades cardiacas se incrementan de 9.5 a 21.9 por ciento cuando se padece insomnio crónico. Asimismo, la hipertensión, de 18.7 sin insomnio, pasa a 43.1; los males neurológicos, de 1.2 a 7.3 por ciento, y los problemas respiratorios, de 5.7 por ciento a 24.8.
El insomnio es el desorden del sueño más común en el país y son las mujeres, debido a cambios hormonales, quienes más lo padecen, ya que tan sólo en la ciudad de México lo han sufrido alguna vez en su vida 41.8 por ciento de éstas, a diferencia del 25.7 por ciento de hombres.
Explicó que este mal impacta la calidad de vida de las personas y provoca ausencia laboral, mayor riesgo de accidentes de tráfico, en el trabajo y domésticos; afecta las relaciones interpersonales, disminuye el rendimiento en el trabajo o en la escuela y causa irritabilidad y alteraciones siquiátricas.
Las personas tienden a minimizar el problema del insomnio ya que 30 por ciento de quien lo padece se lo comenta a su médico y sólo 5 por ciento busca un tratamiento específico. Tendemos a pensar que el insomnio no significa nada
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Entre las principales causas de este padecimiento son trastornos del estado de ánimo como depresión y ansiedad; todos los trastornos siquiátricos cursan en algún momento con insomnio. Le siguen padecimientos como asma, Epoc, reflujo gastroesofágico, insuficiencia renal crónica y enfermedades con dolor crónico como fibromialgia, cáncer y artritis.
Por su parte, Margarita Reyes, siquiatra especialista en el tema, manifestó que para evitar el insomnio es recomendable tener un horario regular para dormir, evitar actividades estimulantes antes de ir a la cama, como ver televisión o trabajar en la computadora, no hacer cenas abundantes o acostarse con hambre, procurar que la recámara sea un lugar fresco y silencioso, entre otras medidas, además de acudir con un especialista.