“Lo que más me gustó de mi álbum 50 años no es nada fue cuando escogí el repertorio; a pesar de que contiene cinco por ciento de las canciones que he escrito, es tan variado, tan entretenido... ¡Habla de tantas cosas! Me reconcilié con lo que había compuesto. Lo más valioso ha sido la resistencia”, expresó el cantante Víctor Manuel en entrevista telefónica desde España

En cinco décadas le ha cantado al amor y sus vicisitudes y no pocas veces enfrentando a la censu-ra por creaciones de corte políti- co. Su nueva producción se grabó en vivo en Oviedo –el 12 y 13 de septiembre de 2014– ante 20 mil espectadores y con entradas ago- tadas con meses de antelación. Es considerado el acontecimiento musical del año en Asturias (su tierra natal). Al final quedaron 145 minutos en dos cedés y un devedé. Al festejo acudieron su esposa Ana Belén, El Gran Wyoming, Estopa, Ismael Serrano, Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute y muchos amigos y colegas más.

Traté de incluir las canciones que complacieran a la mayoría, pero eso es imposible. Entre el público escuchaba que pedían canciones que yo no había siquiera ensayado y que no pensaba incluir. Siempre hay un margen en el cual el público elige muy bien las canciones y sabe por qué, y tú decides por otra cosa. Esto no es siempre con el gusto de todos.

Sus canciones han acompañado la historia de España en etapas decisivas, como la transición de la dictadura a la democracia parlamentaria. Las canciones se escuchan diferente según su historicidad. “Es difícil verse en perspectiva, pero España se ha visto a veces negra, a veces gris. Recuerdo esa vez en que salimos de aquel túnel, cuando llegamos a la democracia. Hoy es un país radicalmente diferente, que afortunadamente creo que es mucho mejor, aunque ahora este mejor parece una ironía, porque las circunstancias actuales son penosas.

La canción y su espacio en el tiempo

“Yo tengo una teoría que defiendo siempre: las canciones ocupan un espacio en el tiempo. Seguramente si se hubiera editado La Puerta de Alcalá cinco años antes, no hubiera tenido la misma incidencia. Todo tiene un momento determinado; funcionan los estados de ánimo, algo global que no sabemos muy bien en qué consiste, pero existe. Hay canciones que han aguantado muy bien el paso del tiempo, en general. Hay otras que ya no puedo cantar desde hace muchos años, porque tendría que hacerlo con un manual de instrucciones, porque eran tan crípticas y hablan de una realidad, que si no la explicas no se entienden. Esas son canciones coyunturales y que duran tres meses y después ya no sirven. Después están las canciones vitales, de amor, las que hablan de algo más profundo, no tan inmediato, y eso es algo que resiste muy bien el paso del tiempo.”

Asturias... es el principio y el entorno: Es una región muy pequeña de España, con un millón de habitantes. Está muy aislada, con montañas enormes; del otro lado el mar. Eso forja un carácter de resistencia, de dureza, y esto está en muchas de mis canciones.

50 años no es nada... “Es un título y una exageración, porque un año es mucho. Quiero explicar con ello que he tenido una vida normal, en el sentido de que me he dedicado a algo que no soñaba: hacer canciones, poner un boleto a la venta y que la gente lo compre para oírme; poner un disco en el mercado y que el público lo comprara. Yo no conozco una forma de vivir más libre que esa. Soy alguien que va por la vida sin ataduras. Escribo canciones y las canto. Esto es lo que hago. Sí, me he metido en otros proyectos que no tienen que ver con la música y lo único que ha pasado es que he perdido todo el dinero que tenía. En ese sentido me considero un ser muy libre, que no he estado en el mercado, ¡nunca he estado de moda! Es más, he ido siempre a la contra de la moda, porque no me ha interesado nada de eso. Sobrevivir a todo eso me da una alegría grande. Claro, sé que ahora la mercadotecnia es todo. Se han masificado tanto los gustos de la gente y las músicas que se oyen son muy parecidas en todos los sitios. Hay gente que discrimina y busca otras músicas, en espacios alternativos. Yo, como oyente, buscaré siempre esa otra música, que no es masiva.

Internet, una barra libre

Internet es un medio extraordinario, instantáneo; ha propiciado que quien quiera puede crear su música en su propio espacio vital, en su casa, y colgarla en Internet, para tener un millón de bajadas sin que eso signifique algo económicamente, más que para las telefónicas. Nunca había habido gente tan preparada como la que hay ahora y, a la vez, menos personas que puedan vivir de esta labor. Eso es una tragedia. En Internet hay barra libre, en el sentido de que todo es gratis, como los libros, las películas y la música. Esto es una tragedia, porque nadie está en su casa escribiendo un libro durante dos años para que alguien haga negocio. Cuando digo alguien, siempre son las telefónicas.

Lo más difícil en 50 años de carrera, afirmó, ha sido ser él mismo, sin que influyan modas. La resistencia ha sido lo más importante.