Preocupa a caribeños que bandas extranjeras encabecen los festivales del género
Un apoyo constante del gobierno impulsaría la industria y a los intérpretes en otros países
Funcionarios esperan que la ONU lo agregue al listado de patrimonio cultural inmaterial
Lunes 9 de marzo de 2015, p. a12
Kingston.
Durante décadas, el sonido de Jamaica ha sido el reggae, melodía contagiosa, singularmente sincopada que transformó la pequeña isla del Caribe en una potencia cultural.
Pero el éxito de este género lo alejó de sus raíces, y ahora muchos en Jamaica están preocupados porque los amantes del sonido en el extranjero se olvidan de la patria que lo vio nacer.
El reggae fue dado al mundo por Jamaica, por lo que nadie puede ni debería desanimar a ningún extranjero a hacer esta música. Sin embargo, creo que debe reconocerse que el reggae fue creado en Jamaica
, dijo Michael Ibo Cooper, músico que preside la Asociación de la Industria del Reggae de ese país.
En todo el mundo los festivales que celebran los ritmos que hizo famosos el santo patrón del reggae, Bob Marley, y el dancehall –más rápido y atrevido, desarrollado por sus seguidores– suelen estar encabezados por bandas de lugares como California o Francia antes que por grupos jamaicanos. Aparte de los discos del fallecido Marley o de su progenie, pocos de los CD de reggae más vendidos o descargados son de jamaicanos.
Esperanza para la economía
Para tener una posición más fuerte en la era de la información, autoridades y expertos de la industria buscan fórmulas para capitalizar mejor la exuberante cultura musical de Jamaica y ayudar a proteger lo que algunos dicen que es propiedad intelectual local. Después de años de apoyo solo simbólico, el gobierno ve cada vez más al reggae y otras empresas culturales como el esperado motor económico de la isla.
Algunos funcionarios valoran la creación de una certificación para designar el reggae auténtico
—una especie de “sello de Good Housekeeping”— para fomentar el uso de músicos, productores y mercadotecnia jamaicanos. También esperan defenderlo consiguiendo que Naciones Unidas lo sume a la lista mundial de patrimonio cultural inmaterial, como el tango de Argentina y la ópera de Pekín. La agencia, con sede en París, dice que el gobierno de la isla debe solicitar aún su inclusión a la lista con más de 280 tradiciones culturales.
Rob Bowman, profesor de la Universidad de York en Canadá, que ha investigado la propiedad intelectual y la música de Jamaica, dijo que aunque los datos de población indiquen que los mayores mercados del reggae siempre estarán en el extranjero, no hay razón para que la isla no reciba más ingresos de comercio exterior.
Con pocas excepciones, estos estilos de música no pueden ser repetidos con autenticidad por los no jamaicanos. Como tal, representan una propiedad intelectual, es decir, son parte ya de la marca Jamaica
, afirma Bowman en un informe de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual.
Jamaica, país de menos de 3 millones de habitantes, ha tenido un éxito destacable creando formas musicales influyentes, como el ska, rocksteady, reggae, dub y dancehall. Los musicólogos sostienen que innovaciones en la producción y el descubrimiento del toasting, DJ de reggae cantando sobre un ritmo, inspiraron directamente el hip-hop.
Resultado de las influencias cruzadas de la música folk afroamericana y el R&B estadunidense, el reggae llegó a Europa de la mano de inmigrantes jamaicanos asentados en Gran Bretaña a finales de los años 60. Su popularidad explotó en la década de los 70 con el ascenso de Marley y otras estrellas rastafaris, cuya música influyó en grupos británicos como The Clash, UB40 y el beat inglés. Más tarde dio forma a bandas estadunidenses como No Doubt y Sublime.
Eric Smith, director ejecutivo de la discográfica reggae Easy Star Records, con sede en Nueva York, dijo que las bandas estadunidenses tienen éxito ahora por sus fuertes creencias del hágalo usted mismo
y el marketing en línea, la clave del éxito en el circuito independiente. A diferencia de algunos músicos no jamaicanos anteriores, que adoptaron el dialecto y los temas de la isla, ahora utilizan este género para poner de relieve la cultura de Estados Unidos y no la de la nación caribeña.
Pocos isleños señalan que hay una apropiación cultural preocupante por artistas extranjeros que abrazan su música. Aun así, los músicos locales quieren mejores oportunidades de ganar dinero y llegar al público foráneo.
Igual que en cualquier otra parte, los jamaicanos han luchado para compensar las pérdidas por el hundimiento de las ventas de discos ahora que los consumidores pueden descargar música de forma gratuita. Y aunque estrellas como Sean Paul y Beenie Man sumaron éxitos internacionales en años pasados, otros han tenido dificultades para lograr atraer a seguidores fuera de sus fronteras para obtener visados, entre otros aspectos.
Artistas jamaicanos dicen que el apoyo continuo del gobierno podría dar a la industria musical local un impulso muy necesario y ayudaría a preparar a los músicos para lograr una mayor presencia en el mercado internacional. Hay grandes esperanzas para artistas emergentes como Chronnix, el miembro más prominente de una floreciente escena llamada renacimiento del reggae
, con músicos jóvenes que construyen sus carreras mediante las redes sociales.
Jamaica celebra el mes del reggae en febrero.