Aunque la edad biológica ideal para embarazarse es de los 20 a los 30 años de edad, la búsqueda del desarrollo profesional y laboral, de una pareja estable, así como las crisis económicas, han incidido en la postergación de la maternidad en muchas mexicanas.

No obstante, tener hijos más allá de los 35 años de edad o incluso de los 40 conlleva mayores riesgos de salud, tanto para el bebé como para la madre, advirtieron, por separado, Ana Paola Sánchez Serrano, médica adscrita a la Subdirección de Medicina Reproductiva del Instituto Nacional de Perinatologia (Inper), y Jorge Beltrán Montoya, integrante del Subcomité Académico de Ginecología y Obstetricia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ginecobstetra perinatólogo médico, adscrito al Servicio de Embarazo de Alto Riesgo del Inper.

Entrevistados en el contexto del Día Internacional de la Mujer, ambos especialistas coincidieron en señalar que no siempre la edad biológica ideal para la gestación corresponde con la edad ideal social, pero insistieron en que también con el paso de los años la reserva ovárica disminuye, y por tanto las posibilidades de lograr un embarazo, a la par de que se incrementan las posibilidades de anomalías cromosómicas en los hijos, debido a que las células germinales ya no son de mejor calidad, y ocurren mutaciones genéticas que derivan en malformaciones congénitas y síndromes como el de Down, indicó Beltrán.

A mayor edad, menor tasa de fecundabilidad, que es la posibilidad de quedar embarazada por mes en una mujer que tiene relaciones sin protección en días fértiles. Esa tasa a los 25 años es de alrededor de 25 por ciento, de tal suerte que a esa edad cuando una mujer tiene relaciones sin protección a lo largo de seis meses queda embarazada. Sin embargo, cuando va aumentando la edad esa posibilidad disminuye. Después de los 35 años la reducción es más rápida. Después de los 40, la posibilidad es menor a 10 por ciento, comentó Sánchez.

Los dos expertos dijeron que lo más tarde que una mujer debería embarazarse es antes de los 35 años, cuando la reserva ovárica todavía es buena (cada mujer nace con una cantidad finita de células germinales, las que se van acabando con cada menstruación y su calidad con los años también va decayendo).

Beltrán indicó que después de 40 años el riesgo de malformaciones congénitas o de una cromosomopatía o un síndrome como el de Down, de Turner o de Klinefelter son mayores, aunque aclaró que mientras nos acercamos a los 40 años es más riesgoso un embarazo, pero no imposible ni tampoco es ciento por ciento seguro que una mujer a esa edad tenga algún problema.

Julia del Carmen Chávez Carapia, catedrática de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM y coordinadora del Centro de Estudios de la Mujer, comentó que actualmente las mujeres tienen menos hijos, inician su vida de pareja o bien se casan a edad más avanzada, alrededor de los 30 años y esto responde a la incorporación al trabajo, a la economía familiar y a la educación; también se ha modificado, sobre todo en las ciudades, el estereotipo tradicional de la mujer madre, muchas han roto con este estereotipo que la sociedad impone.

La también doctora en sociología comentó que las casi 50 por ciento de las mujeres profesionistas universitarias postergan el ejercicio de la maternidad hasta después de los 30 o 35 años, 20 por ciento no reproduce el papel tradicional de ser madre y 30 por ciento son madres que no tienen pareja.

Asimismo, dijo que la tasa de fecundidad en México ha bajado de manera notable; en los años 60 era de siete hijos; en los 80, de 4.4; en los 90, 2.1; 2000, de 1.8; en 2010 hubo un mínimo incremento y subió a 2.1.