La actual reforma energética no enfrenta a corto plazo el cambio climático
Estima que fuentes renovables producirán 30% de la energía de México para el año 2050
Jueves 5 de marzo de 2015, p. 42
La humanidad está jugando a la ruleta rusa
con el único planeta que tenemos, advirtió el premio Nobel de Química 1995, Mario Molina.
El científico señaló que si no se reducen las emisiones de gases efecto invernadero –causantes del cambio climático–, en unas décadas la temperatura del planeta podría elevarse entre cinco y seis grados centígrados, lo que traería consecuencias catastróficas
, pues la civilización no podría mantenerse como hoy la conocemos.
En la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, al ofrecer su primera cátedra extraordinaria luego que el Consejo Universitario de la casa de estudios le dio el nombramiento de profesor extraordinario (el 21 de marzo de 2014), indicó que si los seres humanos continúan con el ritmo de emisiones que se dan hoy en día, existe más de una probabilidad en cinco de que aumente la temperatura de la Tierra.
“Si eso pasa tendría consecuencias catastróficas.
Es verdad que no desaparecería la humanidad, pero sí la civilización como la conocemos. Sería un planeta con mucho más dificultades para mantener una calidad de vida
, abundó.
Por ello subrayó la necesidad de alcanzar un acuerdo internacional que obligue a las naciones a reducir la emisión de los gases efecto invernadero.
Dicho acuerdo –agregó– debe poner precio
a las emisiones. Con ello, las economías mundiales favorecerían el uso y desarrollo de energías renovables y disminuiría el uso de las fósiles, que son una de las principales causantes de esos gases.
El científico mexicano –ingeniero químico, egresado de la Facultad de Química de la UNAM en 1965, que realizó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania, en 1967 y obtuvo el doctorado en físicoquímica en la Universidad de California, en Berkeley en 1972– lamentó que la polarización política del tema haya impedido alcanzar un convenio.
Desde su perspectiva, no se ha logrado acuerdo en esta materia porque se ha polarizado políticamente y porque ha habido campañas muy bien financiadas (por sectores de) Estados Unidos y Europa para desacreditar la ciencia del cambio climático
, explicó.
Ayer, cientos de estudiantes y académicos universitarios se congregaron en el auditorio A de la Facultad de Química, que resultó insuficiente para recibir al gran número de interesados en conocer y escuchar al Nobel de Química 1995, por lo que tuvieron que ser adaptadas otras salas para seguir la cátedra por video.
Mario Molina, miembro del grupo de 21 científicos asesor en ciencia y tecnología del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, consideró que es irresponsable
que aun cuando la ciencia ha comprobado que el cambio climático es consecuencia de la actividad humana, la sociedad siga corriendo ese riesgo. Resaltó, asimismo, que los efectos del incremento de la temperatura en el planeta son palpables en la actualidad.
Por ejemplo –dijo–, las recientes inundaciones en México, Estados Unidos y otros países no las causó el cambio climático, pero sí incrementó la intensidad de las mismas.
Otra consecuencia son las ondas extremas de calor en Europa. Todos ellos son eventos que han dejado muertes y consecuencias para las economías nacionales.
Interrogado sobre la reforma energética promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto, aprobada el año pasado, Mario Molina subrayó que a corto plazo no enfrenta el cambio climático, pues promueve que se sigan explotando los combustibles fósiles.
No obstante, a largo plazo (para el año 2050) hay probabilidades de que 30 por ciento de la energía en el país sea producida por fuentes renovables.