Escenario de desolación
l ultimátum lanzado ayer al gobierno por los empresarios de la entidad, quienes exigieron resolver de una vez por todas los problemas que ahogan a Guerrero, refleja ya no la preocupación, sino la desesperación del sector frente a la caída de la economía.
Hombres de negocios pertenecientes a las cámaras de comercio de los municipios de la entidad se reunieron en Acapulco para formar el Consejo Coordinador Empresarial de Guerrero, plataforma desde la cual analizaron la situación económica y fijaron posturas.
Concluyeron que el conflicto derivado de la muerte de tres normalistas y la desaparición de 43 más el 26 y 27 de septiembre, aunado a la ineficiente labor de la Secretaría de Fomento Turístico (Sefotur), hizo que se desplomara la de por sí raquítica afluencia de visitantes, lo que generado cierre de establecimientos y desempleo.
Acordaron, entre otros puntos, exigir al gobierno que resuelva ya el caso de los normalistas y destituya al titular de la Sefotur, Javier Aluni Montes, a quien calificaron de inepto y lo acusaron de mantenerse en el cargo a base de mentiras, que se traducen en falta de resultados favorables para el sector turístico.
Pintaron un panorama desolador y se mostraron molestos ante una situación que no presenta indicios de que pronto vaya a solucionarse.
Concentrar 10 mil soldados en la zona del conflicto –según la versión oficial–, sacar de la gubernatura a Ángel Aguirre Rivero y colocar a Rogelio Ortega Martínez, así como detener al ex alcalde de Iguala José Luis Abarca y a su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, no ha sido suficiente para salir del aprieto.
Ninguna de estas acciones ha hecho avanzar las investigaciones; al contrario: el cambio de gobernador y la caída de los Abarca parece reducir las posibilidades de encontrar a los jóvenes.
Mientras, las protestas no dan señales de debilitamiento, sino que se fortalecen cada día, causando estragos en la vida productiva del estado, como expusieron los empresarios.
El futuro del estado, sobre todo de los sitios que viven del turismo, principalmente Acapulco, Taxco e Ixtapa-Zihuatanejo, es incierto. Si de por sí ya no venía gente, ahora menos.