La apertura de la Iglesia católica es una cuestión meramente publicitaria, ya que no existe una real intensión de modificar el planteamiento que este sector religioso tiene frente a la homosexualidad y a las relaciones entre parejas del mismo sexo, señalaron activistas y académicos al comentar sobre la tercera asamblea general extraordinaria del sínodo de obispos, en la que la jerarquía católica discutió temas relacionados con la familia.

Para Héctor Salinas Hernández, profesor-investigador del programa de estudios en disidencia sexual de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), se trata de un doble discurso, pues mientras el papa Francisco se pronuncia en relación con temas sensibles para la Iglesia, como la homosexualidad, el divorcio y el aborto, hay otros, como el cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez, quien con sus declaraciones contra la comunidad gay refuerza un discurso de odio y fomenta la discriminación.

Por separado, Antonio Medina Trejo, académico investigador y activista por los derechos de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual, dijo que la Iglesia no tiene que opinar sobre estos temas, porque su ámbito tiene que ver con lo espiritual. En este país estamos regidos por leyes y la Iglesia tiene que estar en el espacio que debe estar, en los templos. No se tiene que meter ni en las orientaciones sexuales ni en la salud sexual y reproductiva de las personas.

Este presunto mensaje de apertura, asegura Salinas Hernández, “es porque la jerarquía está consciente que muchos católicos no tienen afinidad con su postura. Sin embargo, la acción es muy tibia; además, hay una parte de la jerarquía eclesiástica que a pesar del discurso papal de tolerancia, manifestó su postura en contra.

“Por ejemplo, tenemos al cardenal Juan Sandoval Íñiguez, quien durante la presentación de su libro Credo, declaró: ‘No tenemos por qué poner la otra mejilla mientras ellos nos agreden’, lo cual refleja la postura de un grupo, desafortunadamente todavía muy importante y con mucho peso dentro de la jerarquía católica, que se opone a este discurso pese a que venga del Papa”.

En entrevista por separado, Medina Trejo opinó: Que bueno que la congregación se esté abriendo a nivel de cúpula, pero en lo personal no les creo, porque es una institución arcaica que sabe hacer política y siempre hay preceptos inamovibles que han defendido. La realidad es que los sacerdotes en los púlpitos mediáticos siguen atacando las diferencias, como el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre, quien arremetió contra las uniones legales entre personas del mismo sexo y expresó que si se aprueban en la entidad se permitirá que los humanos se casen con animales.

Agregó que la jerarquía católica debe tomar en cuenta que México es un país laico donde nos regimos por leyes y donde la visión de derechos humanos ha cuestionado muchas veces las prácticas que se hacen en la iglesia, donde se pretende, por ejemplo, curar la homosexualidad. Mejor que sigan dando misa desde sus espacios.