Monterrey, NL.

Las calles de la zona metropolitana de Monterrey se han convertido en centro de una disputa debido a un proyecto que busca fomentar el uso de la bicicleta y desalentar el del automóvil.

Considerado elitista en sus inicios, pues nació en el municipio de San Pedro Garza García –el más rico del país–, el plan también fue tachado de partidista, porque lo impulsaron al principio los regidores del Partido Acción Nacional (PAN).

Pese a que la mayoría de los alcaldes de la zona metropolitana –tanto del PAN como del Partido Revolucionario Institucional (PRI)–, universidades y grupos deportivos y recreativos apoyan las ciclovías, persiste la inconformidad porque no hay espacios para las bicicletas.

A diferencia de otras ciudades del país donde también ha cobrado impulso la cultura del transporte no contaminante, en Monterrey y su zona conurbada el automóvil es el rey de las calles.

Sólo en San Pedro hay más vehículos particulares que habitantes (105 por cada 100) y supera a metrópolis como Londres, con 33; Nueva York, con 22, y Tokio, con 19 coches por cada 100 habitantes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y el Banco Mundial. Por si fuera poco, en esa localidad el transporte público, aunque se encuentra en general en buenas condiciones, es insuficiente.

La proliferación de automotores se refleja en los planes de desarrollo urbano estatal y municipales, donde desde hace 20 años la constante ha sido construir más avenidas y calles para los automóviles.

Los gobiernos de los municipios metropolitanos de Nuevo León han invertido en poco menos de tres años casi mil 600 millones de pesos en vialidades para autos, contra apenas 20 millones de pesos destinados por Escobedo y San Pedro para promover el uso de la bicicleta.

En promedio, las demarcaciones conurbadas gastan hasta ocho de cada 10 pesos en obras para facilitar la movilidad en auto, particularmente en pasos a desnivel, con costos unitarios de entre 60 y 180 millones de pesos.

Ugo Ruiz, alcalde de San Pedro e impulsor del proyecto San Pedro Gran Vía, apuesta a que a mediano plazo la clase trabajadora opte por la bicicleta y más adelante –con un tranvía cuya operación se ve cada día más lejana– la clase pudiente haga lo mismo.

Idea romántica

Salvador Kalifa, especialista en economía, define la ciclovía, proyecto iniciado en San Pedro y exportado a Monterrey, Guadalupe y Escobedo, como “la idea romántica de que en bici todos nos vemos mejor. Eleva el costo de transporte y la pérdida de horas-hombre, dado que su trazo no implicó la ampliación de calles y avenidas, sino la reducción de carriles para automóviles y el entorpecimiento del tránsito vehicular.

La ciclovía no va a motivar a los habitantes del municipio (San Pedro) a dejar sus automóviles para utilizar bicicletas y aumentar considerablemente su tiempo perdido en transporte, planteó.

Imagínese a una mamá llevando en bicicleta a sus hijos a la escuela, a un ejecutivo transportándose a su oficina y a muchas otras personas que en la mente del alcalde (Ugo Ruiz) estarían, además, dispuestas a desafiar, por gusto, las inclemencias del tiempo en nuestra ciudad, señaló.

A los esfuerzos en pro de los ciclistas se sumó el año pasado el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), con el proyecto Distrito Tec, que, además de la renovación del sector donde se ubica su campus Monterrey, fomenta el uso de la bicicleta con carriles exclusivos y paso preferente.

Además, la plataforma Alcalde ¿cómo vamos?, movimiento ciudadano y académico que involucra a los munícipes metropolitanos, organizó el 26 de octubre el primer paseo metropolitano, en el cual 39 kilómetros de vialidades fueron acondicionados exclusivamente para ciclistas.

Según los organizadores, 28 mil personas participaron en las rutas en cuatro municipios. No obstante, al día siguiente en el Congreso local, el diputado perredista Erick Gódar Ureña exhortó a los municipios conurbados a que los paseos ciclistas y competencias de atletismo no se realicen en calles y avenidas principales porque afectan el tránsito vehicular.

En San Pedro, los 6 millones 800 mil pesos invertidos hasta la recta final de la administración lograron local solamente lograron promover el ciclismo recreativo los domingos, pero no desincentivaron el uso de automotores.

Los vecinos de los sectores donde se aplica este programa, como la colonia De Valle, se quejaron con el edil Ugo Ruiz porque al reducir los carriles empeoró el tránsito y los espacios para bicicletas casi no se usan. Las autoridades tuvieron que modificar 11.5 de los 21 kilómetros de la ruta ciclista para calmar a los inconformes.