América Latina y el Caribe es sin duda alguna una de las regiones que más han avanzado en el reconocimiento formal de los derechos de las mujeres y de la puesta en práctica para prevenir, sancionar y erradicar la violencia en contra de este sector de la población en todas sus formar y manifestaciones, aseguró Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario para asuntos multilaterales y derechos humanos de la Secretaría de relaciones Exteriores (SRE).

Sin embargo, dijo, es necesario reconocer que estas distintas formas de violencia constituyen aún un importantísimo obstáculo para el desarrollo integral de nuestros pueblos.

En la inauguración de la primera Conferencia Extraordinaria de Estados Parte de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia en contra de la Mujer, el funcionario manifestó que la Convención de Belém do Pará es el primer instrumento internacional que dotó a las mujeres de una herramienta jurídica para atender la violencia que sufren tanto en el ámbito público como en el privado.

Agregó que México está atento a las nuevas formas de violencia que enfrentan las adolescentes y las niñas, como el acoso escolar o la violencia entre pares, conocido como bullying, o acoso cibernético, problemas en los que ya trabaja el gobierno federal para prevenir y sancionar la violencia en ese sector de la población.

Martha Lucía Micher Camarena, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, de la Cámara de Diputados, recordó que desde 2007 en México hay una ley general de acceso a la libre violencia para las mujeres que marcó un hito en el país el cual “obligó a todos los estados a la armonización, pero hay que decirlo, ha sido un fracaso.

Hay muchos estados que en lugar de incorporar el concepto de equidad de género lo llaman equilibrio de género, y hay entidades en las que no se ha tipificado la violencia en todas sus modalidades.

Parteaguas

Explicó que desde la convención de Belém do Pará, ratificada por México en 1998, hay un antes y un después para las mujeres, ya que el país no es el mismo debido a que dicha convención tiene el propósito de proteger los derechos humanos y eliminar las situaciones de violencia que puedan afectarlas, ya que toda mujer debe tener garantizada una vida libre de violencia en todos los ámbitos.

Lorena Cruz, presidenta del Instituto de las Mujeres, resaltó que es indispensable continuar estudiando y visibilizando los factores complejos y los entramados jurídicos, culturales, políticos, económicos y sociales que permiten que la violencia y la discriminación sean parte de la vida cotidiana de las mujeres en la región.

El acto fue inaugurado por Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, quien comentó que se debe alcanzar la igualdad sustantiva y que las leyes se traduzcan en hechos.

Virginia Meneces, coordinadora nacional de Nicaragua Comité América Latina para la Defensa de los Derechos de la Mujer, hizo un breve pronunciamiento regional sobre Ayotzinapa. Exigió la aparición de los 43 normalistas.