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La abanderada del PT y el socialdemócrata Aécio Neves bajan el tono en penúltimo debate

Ligero repunte de Rousseff; tiene 52% de intención de voto en Brasil

Encuestas indican que se mantiene el empate técnico, pero la presidenta va hacia arriba

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Dilma Rousseff, quien busca la relección en la presidencia de Brasil, estuvo ayer en un acto proselitista en Sao Paulo acompañada del ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva. A la derecha, el contendiente socialdemócrata Aécio Neves, el domingo durante un debate televisivoFoto Reuters y Xinhua
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de octubre de 2014, p. 22

Brasilia, 20 de octubre.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, remontó entre uno y cuatro puntos en encuestas publicadas hoy sobre preferencias para la segunda vuelta de la elección presidencial, a celebrarse el domingo próximo, lo que permitió a la mandataria sobreponerse a su rival del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, pero manteniendo el empate técnico que se ha registrado todo este mes.

Un sondeo de la consultora MDA señaló que Rousseff, quien busca un segundo mandato y mantener en el poder al Partido de los Trabajadores (PT) por otros cuatro años, cuenta con 45.5 por ciento de la intención de voto por 44.5 del senador Neves. A su vez, una consulta de la firma Datafolha encontró que la gobernante ganaría los comicios con 52 por ciento de sufragios, mientras su adversario se quedaría con 48 puntos porcentuales.

Otras encuestas divulgadas el viernes pasado dieron a Neves una ventaja de 51 por ciento por 49 de Rousseff. La investigación de MDA halló que 4.3 por ciento se declararon indecisos o rechazaron responder, mientras 5.7 por ciento de encuestados dijeron que entregarán su boleta en blanco o la anularán.

Ambos candidatos cosecharon un voto de rechazo elevado, aunque similar, de 40.7 por ciento para la mandataria y 41 para el nieto de Tancredo Neves, primer presidente elegido en las urnas al final de la dictadura militar de 1964 a 1985.

Los dos candidatos se enfrentaron la noche del domingo en el tercero de cuatro debates programados para la segunda vuelta.

El intercambio entre los aspirantes presidenciales se centró prácticamente en el caso de corrupción destapado la semana pasada por la prensa, según el cual 14 compañías constructoras –incluida la poderosa Odebrecht– financiaron campañas proselitistas del PT y del PSDB, así como de aliados, incluido en Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que respalda a la organización de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva.

Las empresas se beneficiaron así de contratos de la estatal Petrobras, que también desvió recursos para las organizaciones políticas, según las versiones periodísticas conocidas hasta ahora. Rousseff reconoció el sábado que hubo desvíos y prometió una investigación, pero durante el debate del domingo la oferta de la gobernante fue utilizada por Neves para cuestionarla.

Qué triste es un país donde un presidente manda a investigar. Eso puede funcionar en algunas dictaduras amigas de su gobierno, pero son las instituciones las que investigan, señaló Neves.

La presidenta se defendió con recordatorios de casos de corrupción en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), correligionario de Neves, y con referencias a la aplicación y expansión de programas de apoyo a familias pobres de Brasil, reconocido incluso por la Organización de Naciones Unidas.

Brasil cambió porque el gobierno tomó medidas para ampliar oportunidades, redujo la pobreza, aumentó salarios, creó empleos y para ello fue necesario gobernar mirando a los brasileños, dijo Dilma, en alusión a indicadores económicos como el del desempleo, que se ubica en 5 por ciento, el más bajo en la historia.

Neves reaccionó con el argumento de que la tasa de crecimiento de Brasil está por debajo de la de países latinoamericanos como Chile, Perú y México, al tiempo que la inflación en este país de 200 millones de habitantes alcanza 6.75 por ciento, lo que preocupa a muchos ciudadanos, que aún recuerdan alzas en los índices mensuales de precios de más de 100 por ciento, en la década de los 80.

Comentaristas de la prensa local destacaron este lunes que si bien el debate se caracterizó nuevamente por el insistente cruce de acusaciones, el grado de beligerancia fue menor que en el segundo encuentro televisado, toda vez que las encuestas de la semana pasada mostraron que a los ciudadanos les disgustó el tono y los candidatos no quisieron exponerse nuevamente a esa crítica.

El Tribunal Superior Electoral informó la noche de este lunes que a consecuencia de los ataques lanzados en campañas de radio y televisión, ambos candidatos perderán tiempo en el horario gratuito de transmisión en esos medios. A Rousseff le restaron 36 segundos y a Neves dos minutos y 30 segundos.