Identificar en forma temprana el cáncer de mama hereditario es útil para determinar el mejor tratamiento contra la enfermedad y también para detectar y controlar a otros miembros de la familia –igualmente portadores de las mutaciones genéticas– que no presentan síntomas de enfermedad, pero tienen un riesgo elevado de desarrollarla en el futuro.

Diez por ciento de los tumores mamarios, actualmente principal causa de muerte en las mujeres por cáncer, se originan por alteraciones genéticas heredadas de uno o ambos padres; y en México sólo el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) en el sector público realiza el estudio molecular que las detecta, afirmó Rosa María Alvarez Gómez, responsable de la clínica de cáncer hereditario del Incan.

En la década de los 90 se identificaron los genes BRCA1 y BRCA2 como causantes de la mitad de los tumores de mama hereditarios conocidos. Las mujeres portadoras tienen, además, 40 por ciento más riesgo de desarrollar cáncer de ovario, indicó.

Las pruebas moleculares en el Incan se efectúan como parte de un proyecto de investigación que en los próximos dos años obtendrá la evidencia científica sobre los beneficios de que este servicio médico esté disponible en el país, para la prevención del mal y generar ahorros a la economía nacional por los casos de cáncer que no se presentarán y, en su caso, por un manejo oportuno de bajo costo, indicó.

La especialista participó ayer en el taller que con motivo del Mes contra el cáncer de mama organizó la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer. Ahí, la sicóloga Gina Tardati, colaboradora del Centro de Apoyo para la Atención Integral del Incan, advirtió sobre la importancia de los cuidados paliativos para mejorar la calidad de vida de las pacientes.

El problema es que en México este tipo de servicios es prácticamente inexistente. No se ofrece a las mujeres ni sus familias el apoyo en medicamentos ni emocional que les ayudaría a enfrentar en mejores condiciones el cáncer. La experta comentó que existen cuatro centros de atención, pero debería existir uno en cada unidad médica y desde el primer nivel de atención, es decir clínicas y centros de salud, apuntó.

Álvarez Gómez explicó que entre los tipos de neoplasias mamarias, las que son ocasionadas por diversos factores (genéticos, ambientales, asociados al estilo de vida y hábitos alimenticios) representan 70 por ciento del total; en 20 por ciento existe un componente familiar como causa, pero no existe un elemento claro de herencia.

En estos casos, la mayoría de los tratamientos son sistémicos, es decir, atacan al tumor y, en general, provocan diversos efectos adversos. El objetivo de la ciencia médica es lograr terapias dirigidas, altamente efectivas en la erradicación del padecimiento sin ocasionar daños colaterales al organismo.

Respecto a los tumores hereditarios comentó que se caracterizan por presentarse a edades tempranas, alrededor de los 40 años, en familias con uno o varios de sus miembros afectados con algún cáncer de mama u ovario, entre otros.