Jueves 4 de septiembre de 2014, p. 5
El arquitecto británico Norman Foster, uno de los dos encargados por el gobierno de Enrique Peña para el diseño de la nueva terminal aérea de la ciudad de México, ha obtenido los más importantes premios por su trabajo: el Pritzker en 1999, el de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea (por la nueva terminal del Aeropuerto de Stansted) en 1990; el Praemium Imperiale en 2002, y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2009.
El próximo 26 de septiembre, Foster (Manchester, 1935) recibirá en el Museo Guggenheim de Bilbao el I Premio BIA (Bilbao Bizkaia Architecture), por su contribución al desarrollo de Vizcaya (Bizkaia en euskera) por medio de la arquitectura y la regeneración urbana.
Foster es, también, el autor del puente más alto del mundo, que se eleva a 243 metros sobre el río francés de Tarn y fue inaugurado en diciembre de 2004; asimismo, ideó el aeropuerto de Beijing, capaz de acoger a 60 millones de pasajeros al año.
El edificio que lo hizo famoso fue el Banco de Hong Kong y Shanghai, en 1985, rascacielos de cristal de 47 niveles que conjunta la funcionalidad, el uso de la tecnología integrada en el diseño y la iluminación natural.
Otros ejemplos de su labor son el proyecto para edificar en Abu Dhabi una ciudad con cero emisiones de carbono, lo cual se adelantó al modelo de arquitectura que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente propone para combatir el cambio climático; en 2009 ganó –aliado con otros equipos de arquitectos– el concurso para construir el primer espaciopuerto
, Spaceport America, en el desierto de Nuevo México.