Problemas de circulación
a capital de Aguascalientes se precia de ser una de las ciudades cuyas vialidades están mejor organizadas. El crecimiento de la mancha urbana ha sido suficientemente lento como para rodearla con tres anillos de circunvalación. Es difícil negar el acierto en el diseño de esas vías, incluso cuando choca de frente con las propuestas de movilidad de los grupos que promueven el uso de la bicicleta, a pesar de que no se cuenta con un transporte urbano eficiente que permita sacar provecho a los anillos, con todo y que las recientes administraciones municipales y la estatal han privilegiado el uso del automóvil sobre cualquier otro medio.
Se hace alarde de esas tres vías y de su diseño. El problema son las condiciones en que se encuentran y que el tercer anillo de circunvalación ni siquiera está terminado. En el discurso se cacarea algo que no existe y, como casi todo, requiere inyección de recursos federales para ser reparado.
Ante el relevo de Luis Alberto Villarreal de la coordinación de la bancada panista de la Cámara de Diputados por la exhibición del video donde legisladores del Partido Acción Nacional le quitan pelusas
a las amigas de aquél, la respuesta del presidente municipal de Aguascalientes ha intentado ser reconfortante. Dijo que no hay riesgos para la obtención de recursos, pues se tiene una muy buena relación con varios diputados federales
. No sólo eso: el alcalde aseguró que mantiene un estrechísimo vínculo con el nuevo coordinador panista, Jesús Isabel Trejo Reyes, porque además de ser del vecino estado de Zacatecas ha visitado varias veces la ciudad. Quienes tienen que esperar hasta una hora a que pase un autobús que tendrá que desviarse porque la vía no está terminada pueden respirar tranquilos: la administración municipal se sigue llevando bien con los diputados.
Faltan poco más de siete kilómetros para concluir ese tercer anillo. En 2012, para hacer seis kilómetros (que ya se encuentran en estado deplorable) se invirtieron más de 126 millones de pesos; cada kilómetro sale aproximadamente en 21 millones. ¿Eso lo va a resolver la buena relación
con los diputados? Por supuesto que no. El problema está en que los gobernantes han decidido juzgar por apariencias y vender como parte de su oferta política el vínculo con legisladores, mientras los diputados son incapaces de transparentar el uso de recursos públicos, pero aprovechan su papel como gestores para mantener atrás de la raya a gobernadores y alcaldes, con la amenaza de no tramitar más presupuesto.