La Habana, 19 de agosto.

Mariela Castro, hija del presidente Raúl Castro, rechazó en la Asamblea del Poder Popular, el órgano legislativo, el proyecto de Código de Trabajo, al considerar que no va lo suficientemente lejos para evitar la discriminación de las personas con identidades de género no convencionales o a los enfermos con VIH.

La votación ocurrió en diciembre pasado a puertas cerradas, y apenas en julio un grupo activistas por la diversidad sexual comenzó a desarrollar una campaña que sacó a la luz en los últimos días la actitud de Castro.

Ninguna persona consultada por Ap recuerda que un legislador del foro, cuyo pleno de 612 diputados se reúne dos veces al año para aprobar las leyes elaboradas por un puñado de funcionarios y que luego son discutidas en los miles de centros de trabajo, de estudio o vecinales, hubiera rechazado de plano una norma, las cuales suelen ser votadas por unanimidad.

Es la primera vez, sin duda, dijo el ex diplomático y académico cubano Carlos Alzugaray.

Mariela Castro expresó que era hora de comprender mejor qué significa ejercer “democráticamente el derecho al voto en relación con los temas legislativos.

Hay avances en la manera de discutir (las leyes y proyectos), sobre todo en el modo en que se discutió a nivel de base, de centro de trabajo, de grupos sindicales, de núcleos del Partido (Comunista), señaló en entrevista realizada por el bloguero y periodista Francisco Rodríguez, activista del movimiento gay cubano, para su página Paquito el de Cuba. Creo que todavía se debe perfeccionar el mecanismo de participación democrática de diputadas y diputados en la Asamblea.

El Código de Trabajo aprobado prohíbe la discriminación laboral en base al género, la raza o la orientación sexual, pero no menciona la condición de VIH o identidad de género por la que la propia Castro abogó en la Asamblea.

No podía votar a favor si no tenía la seguridad de que quedaran explícitamente reconocidos los derechos laborales de las personas con identidad de género diferente, explicó Castro.