una estrategia de largo plazo contra milicias en coordinación con los aliados claves en la región. A su vez, el papa Francisco declaró que la comunidad internacional estaría justificada para frenar a islamitas radicales en Irak, pero que no corresponde a una sola nación decidir cómo actuar. En la imagen, chiítas iraquíes combaten a milicias en Jurf Sakhar, al sur de BagdadFoto Ap
Martes 19 de agosto de 2014, p. 20
Baqufa, Irak, 18 de agosto.
Fuerzas kurdas apoyadas por aviones militares estadunidenses proseguían este lunes su ofensiva contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) tras haberles arrebatado la represa más importante de Irak, en un contexto de creciente implicación militar de Washington y Londres.
En Washington, el presidente Barack Obama prometió que proseguirá una estrategia de largo plazo para revertir la tendencia contra EI, apoyando al nuevo gobierno iraquí y trabajando con los aliados claves en la región
.
En conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama instó al nuevo primer ministro designado, Haidar Al Abadi, a constituir urgentemente un gobierno de unidad con un programa nacional que represente los intereses de todos los iraquíes
porque de lo contrario EI puede hacer presa de las divisiones
del país.
El papa Francisco declaró que la comunidad internacional estaría justificada para frenar a los militantes islamistas en Irak, pero que no le corresponde a una única nación decidir cómo actuar.
En estos casos, donde hay una agresión injusta sólo puedo decir que es legítimo frenar a un agresor injusto
, dijo a periodistas ante una pregunta sobre los ataques de Estados Unidos contra los insurgentes del Estado Islámico que han avanzado en gran parte del norte de Irak.
La aviación estadounidense ha realizado cerca de 30 operativos en tres días para ayudar a las tropas kurdas e iraquíes en tierra.
Frente a la amenaza que representan los yihadistas para los cristianos y otras minorías, el Papa Francisco instó a una acción colectiva de la Organización de Naciones Unidas para detener la agresión injusta
y se mostró disponible
a viajar a Irak si es necesario
para aportar su apoyo a las decenas de miles de desplazados.
La recuperación de la represa de Mosul constituye el mayor revés infligido a los yihadistas del EI desde el lanzamiento de su ofensiva el 9 de junio, que les permitió apoderarse de amplios territorios en Irak frente a un ejército iraquí en desbandada.
Estos combatientes, que luchan también en la vecina Siria contra el gobierno sirio y contra los rebeldes, se enfrentan igualmente a decenas de bombardeos del ejército de Bashar Asad desde hace 48 horas contra sus posiciones en el norte y este de Siria.
Tras retomar el domingo la represa de Mosul, las fuerzas kurdas luchan ahora contra los yihadistas en la localidad de Tal Kayf, al sureste de este lugar.
Los aviones bombardean y los peshmergas [fuerzas kurdas] avanzan
, declaró un combatiente kurdo.
Los periodistas de la Afp vieron columnas de humo en un sector atacado por aviones de combates a 50 kilómetros de Mosul, bastión del EI conquistado el segundo día de su ofensiva.
Según el Pentágono, los tres últimos días los aviones estadunidenses lanzaron 35 ataques aéreos contra posiciones de los yihadistas alrededor de la represa y destruyeron 90 objetivos. Son los bombardeos más importantes contra EI desde el principio de los ataques estadunidenses.
Apoyo estadounidense
En la represa, los equipos de expertos continuaban la búsqueda de explosivos colocados por el EI, después de que el portavoz iraquí de Seguridad, el general Qasem Ata, confirmó la reconquista de toda la presa.
Desde principios de agosto, los combatientes kurdos de Irak, Siria y Turquía unieron sus fuerzas para hacer frente a la progresión yihadista, que amenaza la región autónoma del Kurdistán iraquí.
El presidente estadunidense, Barack Obama, indicó haber autorizado los bombardeos, para apoyar las fuerzas iraquíes y proteger los intereses de Estados Unidos en Irak.
Por su lado, el primer ministro británico, David Cameron, calificó a los combatientes del EI de amenaza directa para el Reino Unido, y se declaró dispuesto a usar todos los medios para frenar su avance.
Su ministro de Defensa, Michael Fallon, afirmó que Londres y otros países europeos estaban determinados a actuar para ayudar Irak a combatir esta nueva y extremista forma de terrorismo
.
Tras dos meses de conflicto, las potencias occidentales, aliviadas por la salida del controvertido primer ministro Nuri Maliki, enviaron ayuda humanitaria a los centenares de miles de refugiados que huían de los yihadistas, así como armas a las fuerzas kurdas.
El chiíta Maliki estaba acusado de alimentar el caos con su política de sesgo confesional contra las minorías del país, en especial, los sunitas.
Tras su marcha, las tribus sunitas de la región de Al Anbar, apoyadas por las fuerzas iraquíes, se levantaron en armas contra los yihadistas -también de confesión sunita- de esta región, donde retomaron la localidad de Al Uqda, según la policía.
En el plano humanitario, un gran número de iraquíes pertenecientes a las minorías yazidí, cristiana, shabak y turcomana se encuentran amenazados por los yihadistas, según ONG. La situación de miles de yazidíes refugiados de los yihadistas en el monte Sinjar implicó la intervención de la comunidad internacional.
Tras el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Estados Unidos colocó en su lista negra de terroristas internacionales
al portavoz del EI, Abu Mohamed al Adnani, quien declaró un califato en las zonas bajo su control en Siria y en Irak, e instó a tomar Bagdad.